Cerró en Guijuelo el Pontevedra un ciclo exitoso de cinco partidos en los que había conseguido dejar la puerta a cero y cosechar tres triunfos, dos de ellos a domicilio. Pero esta etapa exitosa, encadenada desde aquel 3-0 ante el Internacional, tuvo un final abrupto. Un nuevo 3-0 en un encuentro que se le marchó al equipo granate en la última media hora. Hasta ese momento el once de Luismi no había pasado agobios.
Parecía un partido destinado a decidirse en alguna acción de estrategia o en algún desajuste puntual. Y así sucedió. Un desliz defensivo de David Castro a la hora de proteger un balón deparó un penalti cometido por Edu que fue el principio del fin de las ilusiones pontevedresas, justo cuando semejaba más acomodado el cuadro lerezano sobre el gélido tapete de Guijuelo. Después del 1-0 le faltó capacidad de reacción ante un rival mucho más solvente y que logró un marcador demasiado abultado.
El equipo granate estaba decidido a presionar arriba e incomodar la salida de balón del conjunto guijuelense, precipitado e impreciso. El bloque local se fue entonando, y superado el ecuador del primer acto dispuso de una buena ocasión por medio de Ayub. Su chut se perdió, excesivamente cruzado, a la derecha de la portería de Edu.
El encuentro ganó en intensidad tras el intermedio. El Pontevedra mejoró con el balón en los pies y el encuentro seguía en un escenario favorable a sus intereses.
En una acción por la banda derecha, el escurridizo Manu Fuster le robó la cartera a David Castro cuando el defensa visitante trataba de proteger la salida del balón por la línea de fondo. Fuster la rebañó y remontó sobre la raya de cal. Edu se lanzó a sus pies y le trabó el pie. Penalti. Pese a la habilidad del meta tudense para detener lanzamientos desde el punto fatídico, Luque, a media altura, superó la estirada del capitán del Pontevedra, que adivinó el lado pero no llegó al esférico.
En los últimos minutos, Pepe Carmona se plantó en el área y Juan lo derribó por detrás. En un calco del primer penalti, Luque volvió a acomodar la pelota, lejos del alcance de Edu.
