El Pontevedra se clasificó este miércoles para la final de la fase gallega de la Copa RFEF tras un partido disputado, con una intensa segunda parte que registró los cuatro goles del encuentro y que tuvo que resolverse desde el punto de penalti. Los cinco lanzadores del cuadro granate acertaron y aprovecharon el error de Carlos Pereira para sellar el pase al duelo definitivo, que será el próximo 12 de octubre entre el cuadro de Luisito y el Arosa, que dejó al Cerceda en la cuneta.
El partido comenzó con poco ritmo, con ambos equipos perezosos, sin prisa por entrar en el partido. El conjunto local plantó dos líneas de cuatro en campo propio y dejó todo el peso de la posesión al equipo granate, que casi por obligación manejó la pelota en la zona ancha. El estéril dominio del cuadro visitante no dejó ocasiones destacables más allá de un tiro desviado de Álex Fernández desde la frontal en el minuto 17.
La clave
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Poco a poco, el colectivo vigués tomó conciencia de que el salto de categoría no estaba marcando las diferencias y comenzó a animarse y a asomar la cabeza por el área del Pontevedra. Varias transiciones rápidas crearon peligro y, en una de ellas, Rubio enganchó un remate en la frontal que obligó a Santi Canedo a sacar una fantástica mano y repeler a córner la intentona del delantero del conjunto aurinegro.
El segundo tiempo comenzó con un ingenuo penalti de Pablo González sobre Miki que Bonilla, recién ingresado en el campo, ejecutó a la perfección para adelantar al cuadro pontevedrés.
El Rápido respondió y, al igual que el Pontevedra, lo hizo con futbolistas de refresco. Carlos Pereira y Raúl comandaron la ofensiva local y en el minuto 69 llegó el empate con una gran jugada del primero por la banda izquierda que acabó en un preciso centro para que el segundo cabecease a la red.
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El equipo aurinegro estaba lanzado y siguió percutiendo en busca del tanto que encarrilase la victoria. De nuevo los mismos protagonistas que en el primer tanto combinaron a la perfección para que Raúl sellase su doblete.
Era el minuto 78 y parecía que el choque estaba resuelto, pero prácticamente tras sacar de centro el Pontevedra empató con un disparo de Barco que entró mansamente en la portería tras tocar en un defensa y despistar a Aarón.
CORRECALLES. Ambos equipos intentaron resolver el partido en los diez minutos restantes, en los que el césped del Baltasar Pujales se convirtió en un correcalles con constantes alternativas. En ese tramo del duelo los porteros de los dos equipos se mostraron seguros y no permitieron que el marcador registrase más goles.
Con igualdad en el marcador, el vencedor tenía que dilucidarse desde los once metros. Ambos conjuntos fueron acertando sus respectivos lanzamientos: Javi Bonilla, Kevin Presa, Mateo y Abel transformaron para el Pontevedra e Isidro, Diz y Juanma lo hicieron para el Rápido, que vio como Santi Canedo detenía el lanzamiento de Carlos Pereira. Mouriño anotó el penalti definitivo y certificó el pase a la final del Pontevedra, que intentará celebrar su 75 aniversario con el título autonómico en su poder.
