25-31. Un Teucro mermado cae ante el Valladolid

aguantó el tiempo que los brazos de Cutura y Moyano mantuvieron el acierto, que no fue demasiado

Un instante del partido RAFA FARIÑA
photo_camera Un instante del partido. RAFA FARIÑA

Lo malo de las montañas rusas no es ni la velocidad ni la pendiente. Es el factor sorpresa, el desconocimiento del futuro inmediato, del siguiente segundo de vida. Ignorar que se oculta después de cada curva, cada cambio de rasante, cada momento, de cada parada de Santana, de cada gol de Cutura. 

El Condes de Albarei Teucro vive en una montaña rusa. No. Mentira. Es la montaña rusa. Es capaz de derrotar a los leones de la sabana y perecer bajo las garras de un gato. Es inescrutable como los caminos del señor. 

Este sábado engañó a la vista con un espejismo de cinco minutos, los que compitió ante el Atlético Valladolid. El buen aficionado todavía no había tenido tiempo a calentar el asiento, cuando en un par de ráfagas detectó los primeros defectos de su escuadra. El Atlético Valladolid corría y finalizaba con insultante facilidad desde los exteriores. La defensa carecía de la agresividad y concentración necesaria y el cuadro castellano se acomodaba sobre el parqué. 

El Teucro aguantó el tiempo que los brazos de Cutura y Moyano mantuvieron el acierto, que no fue demasiado. 

Poco a poco, el advenedizo comenzó a construir un laberinto al que la primera línea teucrista no supo responder. La tarta de Natan Suárez tenía demasiada harina y la de Davor Cutura, poca levadura. El Condes de Alberei Teucro se perdió en medio de las trampas diseñadas por Pisonero y el cuadro pucelano comenzó a avanzar cómodamente hacia su objetivo merced a un parcial de 0-4 que colocaba el 3-7 en el marcador en el minuto 12.

►La crónica completa, este domingo, en Diario
 

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