El Tenis de Mesa Monte Porreiro cumple 25 años, un aniversario que llega en un momento pleno de crecimiento de un club que nació para sacar a los niños de la calle y darle una oportunidad de acercarse al deporte. Lo que por aquel entonces parecía una idea alocada de Lucho Álvarez, el alma máter de todo, a día de hoy es un proyecto que ha crecido de forma exponencial, que cuenta con más de 100 deportistas y que se ha convertido en un referente a nivel autonómico y nacional.
En una tradicional cena de fin de temporada que en esta edición fue más especial que nunca por el 25 aniversario, el CTM Monte Porreiro reunió a más de 120 personas (con algunas ausencias como la de los niños de la escuela) para pasar una noche especial. Cena, entrega de los habituales premios, fuegos artificiales y mucha fiesta fueron los ingredientes de una noche especial. Y es que el de este año tenía que ser un fin de temporada diferente. Faltó gente, como el precursor del club Lucho Álvarez, pero todos aquellos que forman parte de la entidad se encargaron de que esa noche fuese especial para todos e incluso para él que está viendo como ese proyecto iniciado hace tanto tiempo, hoy está más que consolidado.

Entre los aspectos a destacar está la presencia del alcalde en funciones, Miguel Anxo Fernández Lores, que no quiso perderse la celebración, y también un detalle que hizo más especial la noche. Y es que en el club hay un jugador cuyos padres sufren sordera y desde la organización se optó por contar con una intérprete de signos para que estos miembros de la entidad pudiesen disfrutar de la fiesta.
Y es que pese a que 25 años pueden parecer pocos, lo cierto es que para el CTM Monte Porreiro es una oportunidad para celebrar no solo su edad sino también su crecimiento. El club pontevedrés se encuentra atravesando un gran momento "no solo a nivel de resultados y éxito", sino sobre todo "a nivel estructural" ya que cada vez son más los que se unen a una estructura que necesita más ayuda desde dentro. "Antes dependía demasiado de mi padre y en los últimos años de mí y ahora hay una buena estructura, más familias involucradas y la gente va cumpliendo años y se va uniendo a la estructura, que es lo que hace falta", explica Nando Álvarez.
De la foto de familia en las escaleras del Teatro Principal, pasando por la cena y celebración principal en el Pazo Aranda, hasta el fin de fiesta en la Praza de España. En una noche donde pudieron estar juntos, algo que no suele ocurrir a lo largo de la temporada, la "ilusión y alegría" de los jugadores es lo que se queda para el recuerdo, asegura Álvarez que afronta ahora el final de una temporada con la sensación de que el 25 aniversario ha tenido resultados maravillosos en el plano deportivo.
Reparto de reconocimientos
En cada final de temporada el CTM Monte Porreiro reparte sus premios y diplomas a los jugadores y familias destacadas. En esta ocasión especial el número de reconocimientos fue mayor que en temporadas anteriores y, además, los jugadores sorprendieron a los técnicos con un regalo.
En cuanto a los reconocimientos de la temporada se entregaron 16 (11 medallas, cinco trofeos) y un premio especial. En trofeos los dos premios a mayor progresión fueron para Emma Álvarez y Xabier Fernández, mientras que los de mejor jugador y jugadora fueron a manos de Matías Bentancor y Judith Cobas.
El premio especial fue el premio a la valentía y recayó en manos de la familia Bentancor Fernández "por dejar toda su vida atrás y emprender una nueva aventura en nuestro club".
Por último las medallas fueron para los colaboradores: Guillermo López (Streaming), Omar Bentancor (Comentarista), Antonio Quintana (Entrenador escuela), Jorge Orlando (entrenador veteranos), Laura Forte (entrenadora niñas), Kiko Peláez (multitarea); premio a la familia más colaborada para la familia Díaz González y Fernández González; el premio al triplete mágico para India Rosalía; el premio al compromiso para Nivole Malavé; el premio especial jugador para Pedro Fernández y el premio revelación para Raúl Álvarez.
El crecimiento comenzó con los éxitos individuales y la concesiones para organizar diferentes torneos, para posteriormente llegar a los equipos. Ascensos consecutivos hasta que en 2018 tocaron la cima en Superdivisión.
No se volvieron a mover de ahí y ese crecimiento nunca cesó. Y llegó Europa, una primera clasificación denegada, una segunda disfrutada y una tercera que llegará el próximo curso después de firmar la mejor temporada de su historia.