Diez minutos, tan solo diez minutos fueron suficientes en la primera mitad para que el Anaitasuna diese la vuelta al marcador en el Pabellón Municipal y con un parcial de 0-7 anulase casi por completo las opciones del Cisne Balonmano de llevarse la victoria en el primer partido de la segunda vuelta. Y es que pese al buen arranque de los locales, la defensa del bloque de Quique Domínguez, que se fue ajustando con el paso de los minutos, consiguió neutralizar a los de Javier Márquez que finalmente terminaron cayeron (26-33) en su regreso a la Liga Asobal.
Año nuevo e imagen nueva, pero en este caso no para bien y es que el Cisne se vio superado en la primera mitad del duelo ante Anaitasuna en el que el equipo visitante fue a más y el local a menos con el paso de los minutos.
Y eso que no comenzó mal el Cisne, que salió fuerte en defensa y haciendo daño en ataque. Un Furtado inspirado, que asumió protagonismo debido a la baja de Cavalcanti que pese a estar convocado no tuvo minutos, volvió loca a la defensa de Anaitasuna. Esto junto a la buena precisión de Carlos Álvarez desde los siete metros y un complicado de defender Calin Dedu permitió a los blancos llegar a coger una ventaja que en su máxima renta fue de dos goles (8-6 minuto 15).
Futado comenzó inspirado y fue uno de los que más daño hizo a la defensa de Anaitasuna
Sin embargo la película cambió por completo. El Cisne bajó sus prestaciones y el bloque de Quique Domínguez se hizo más grande con el paso de los minutos. Márquez apostó entonces por una rotación que en vez de ser la solución, causó más daño. Un Bruno Vázquez acelerado y un Ocaña que no tenía su tarde y erró en los pases no daban fuerza en ataque y una bajada del nivel de la defensa con la de un Kilian Ramírez que también bajó sus números hicieron que el bloque visitante lograrse un parcial de 0-7 que prácticamente fue mortal.
A partir de ese instante el Cisne solo esperaba el descanso para intentar ajustar sus problemas y encontrar, en los segundos 30 minutos, la solución a sus errores.
Sin embargo el desenlace no fue el esperado. Y eso que la mejoría se pudo notar con el paso de la segunda mitad, con tramos en los que el Cisne recuperó su mejor cara y llegó a causar daño, pero la brecha ya era muy amplia. Dos siete metros de Carlos Álvarez y Javiva permitieron al Cisne mantenerse en partido, pero el Anaitasuna seguía encontrando espacios entre la defensa blanca. Franzini entró en sustitución de Kilian Ramírez, pero la solución no pasaba por ahí.
Empezó a encontrar algo de luz el conjunto local que con los tantos de Furtado, Carlos Álvarez, Mateo y Román Arboleya, unidos a una parada de Kilian en un siete metros y otra de Franzini recortaron la distancia hasta el 19-24 (minuto 47). Quique Domínguez detuvo el crono y a la vuelta Mateo volvió a hacer daño en una contra. Pero los visitantes no se querían relajar demasiado para no ver peligrar el encuentro y pese a que el Cisne se encontraba más cómodo y conseguía hacer más daño en ataque, el tiempo corría en su contra y la chicharra decretó el final del encuentro tras un último tanto de Meoki que puso el definitivo 26-33.