Ni Alfred Hitchcock hubiera podido poner más suspense a un partido. El final del encuentro entre el Reconquista y el Lirón Teucro (28-28) no fue apto para cardíacos y en esta ocasión le valió un punto al equipo visitante gracias a un gol de Dzokic de lanzamiento de falta con el tiempo cumplido.
El encuentro comenzó muy espeso por parte de ambos equipos. Los ataques no encontraban buenas opciones de gol ante las defensas que se mostraban muy activas. De esta forma, de los primeros cuatro goles, tres fueron desde los siete metros.
Sin excelencias en los ataques, los dos equipos se dedicaron a afianzar sus defensas, bien secundados por ambos porteros, Pablo González y Martín Fernández, respectivamente, que tuvieron buenas acciones en los primeros 30 minutos de juego.
La iniciativa era del equipo vigués que, a excepción del 0-1, no volvió a estar por debajo en el marcador en toda la primera parte, y desde que Gayoso puso el 7-5, contó en varias ocasiones con dos goles de ventaja. Hacía la goma el equipo dirigido por Irene Vilaboa, que logró empatar a nueve, diez y once goles, para llegar al descanso con un solo tanto de desventaja (13-12), y muy vivo en el partido.
Tras el paso por los vestuarios pareció que el Teucro entró mejor. Dos goles de Rivas y Dzokic dieron la vuelta al marcador (13-14) y se vieron los mejores momentos en ataque de un equipo que parecía sufrir menos para marcar. Pero con empate a 17 llegó un momento clave. Álex Sánchez falló un penalti y del posible 17-18 se pasó, casi sin esperarlo, al 19-17.
Rivas y Herrera salieron al rescate, pero el Reconquista estaba lanzado. La ventaja, lejos de disminuir, llegó a aumentar (24-20). El Teucro estaba contra las cuerdas a poco más de diez minutos para el final, pero no se dio por vencido. Dzokic tiró de galones y bien secundado por Álex Sánchez acortó diferencias (25-23). Pero Gayoso y Chaves parecieron sentenciar el choque a falta de poco más de cinco minutos (27-23).
Quedaban pocos segundos para el final. Lo intentó tres veces el Teucro, pero la defensa no dejó lanzar a ninguno de sus jugadores y, tras la última falta, el marcador llegó al 60. No quedaba tiempo, el balón lo cogió Dzokic y con todo el equipo rival en la barrera, consiguió marcar el empate a 28 con un soberano lanzamiento a la escuadra.
