Lo que no puede ser, no puede ser. Y además, es imposible. La Sociedad Deportiva Teucro se quedó, un fin de semana más, a las puertas de su primera victoria en la liga tras un nuevo partido ‘loco’ que tuvo encarrilado, lo dio perdido, lo remontó en inferioridad cuando nadie creía en ello y acabó sumando tan solo un empate.
Casi sobre la bocina, Ángel Iglesias pudo redoblar su condición de héroe al recibir en una posición franca para culminar la machada. Escasos segundos antes, el extremo había puesto el 29-28 en el eléctronico con un lanzamiento que heló la sangre de los escasos espectadores que pudieron acudir al Municipal. Una vez más, la bola le llegó al coruñés, que se elevó sobre la pista azul en unas décimas que parecieron minutos. Iglesias soltó su zurda y la trayectoria de la bola evitó al gigante Esparaza, pero no del todo. Así, la pelota botó y se encaminó hacia la meta en una trayectoria que agudizó todavía más el agónico final. Pero en vez de colarse, murió casi sin fuerza en el larguero. Fue la fina línea entre reír y llorar. Porque al Teucro, el empate ante el Adrianenc le supo prácticamente a derrota. Nunca estuvo tan cerca de esa ansiada victoria. Y nunca la ha visto tan lejos, tras seis semanas sin catarla.
Pero lo cierto es que no todo fueron malas noticias para el conjunto azul. Porque en un día sin brillo -solo Samu Pereiro, Sío e Iglesias tiraron a notable nivel del equipo-, estuvo a punto de ganar. Y salvó un empate que minutos antes parecía una utopía. Tras una primera parte de vaivenes en la que los visitantes lograron ponerse tres por delante (6-9, min. 9), el Teucro reaccionó apoyado en su defensa y, con un 4-0 de parcial, le dio la vuelta al marcador hasta el 13-10 (min. 25).
Sin embargo, tras el intermedio (los locales se fueron con ventaja de uno), la dinámica volvió a cambiar. Adrianenc, apoyado en Calle, se logró ir de nuevo por tres tantos (17-20, min. 40). Y tan solo un par de exclusiones casi consecutivas empujaron una vez más al Teucro, que logró remontar (27-26, min. 54). Entonces fueron los de casa quienes se quedaron en inferioridad, pero salvaron la papeleta.
