3-2. El Pontevedra golea y se complica, pero acaba ganando para recuperar el liderato

El equipo granate aprovecha el tropiezo del Adarve. Fue muy efectivo para colocarse 3-0, pero concedió dos goles y acabó venciendo con apuros al Langreo
Los jugadores del Pontevedra celebran un gol ante el Langreo. JAVIER CERVERA
photo_camera Los jugadores del Pontevedra celebran un gol ante el Langreo. JAVIER CERVERA

Será sufriendo o no será. El Pontevedra encontró la combinación que necesitaba para volver a recuperar el liderato y, a falta de tres partidos, depender de nuevo de sí mismo para ser campeón. Y por lo tanto, ascender sin pasar por Alicante. La escuadra granate tiró de una efectividad mayúscula para ponerse por delante en una primera mitad más igualada que el 3-1 que imperaba al descanso. Pero tras el intermedio, perdió toda esa puntería. Desperdició ocasiones y dio vida a un Langreo que colocó el 3-2 en los últimos minutos y acabó metiendo el miedo en el cuerpo a la hinchada granate, que pudo celebrar de nuevo un triunfo de los suyos y ya ve cómo el objetivo vuelve a estar a tiro de piedra.

Encontró el Pontevedra el gol mucho antes que el juego. Porque si hubo un equipo que dominó los instantes iniciales del choque en Pasarón, ese fue el Langreo. Aprovechó el cuadro de la cuenca asturiana la ‘caraja’ de un PCF que saltó a su casa nervioso. Impreciso con balón y desajustado sin él, dio la sensación de no estar lo suficientemente metido el cuadro granate en el inicio del partido. Porque tras un exceso de confianza de Churre que acabó en nada, el Langreo encontró poco después una ocasión manifiesta. Pana, entre centrales y poco vigilado, encontró un balón rebotado y pudo encarar a Cacharrón. Soto le opositó una posición perdida y cuando el ‘9’ iba a rematar, le desequilibró lo suficiente como para que el colegiado pitase penalti, pero no lo expulsase al entender, con buen criterio, que el ourensán hizo por robar el balón y no se centró única y exclusivamente en que su rival no embocase a gol.

Era el minuto 5 y el Pontevedra sufría el dejá vù de los últimos partidos en casa, en los que tuvo que remar contracorriente. Pero apareció entonces Cacharrón. El lucense, errático en los últimos partidos, le adivinó la intención a Pana y se lanzó abajo a su derecha para meter una mano prodigiosa y evitar el 0-1.

Se había salvado el Pontevedra. Y no quiso jugar, de nuevo, con la incertidumbre. No terminaba de arrancar el equipo locatario, inconstante en su juego. Pero simplemente le bastó una genialidad de Álex para empezar a desequilibrar el partido. El cántabro recibió en la banda e interpretó la entrada de Ebea para tirarle un túnel y adquirir una posición propicia para centrar. El Langreo jugó a los bolos dentro del área. Pero Oier apareció solo en el segundo palo para cabecear al contrapié de Adrián Torre tras elevarse al cielo de Pasarón y ganarse su redención en su primera titularidad del 2022.

Corría el minuto 11 y el cuadro pontevedrés, por fin, volvía a arrancar ganando. Y no lo desaprovechó. El tanto tranquilzó medianamente a la escuadra locataria, que no terminó de encontrar el control del juego, pero sí aprovechó para dañar al contraataque. En una de esas transiciones, Abelenda envió alto un gran balón picado de Rufo, que tapó su punta de velocidad con la habilidad para temporizar y colocar el balón en la cabeza de su compañero. No apareció ahí el segundo, pero sí dos minutos después. Justo tras supera el ecuador del primer acto, Álex condujo de nuevo un contraataque y puso un balón raso al que Rufo no llegó por un par de metros. Pero el madrileño recogió la redonda y aprovechó la aparición desde atrás de Román. El mediocentro, con tiempo, se preparó el golpeo con un fantástico control y soltó un trallazo extrañamente habitual desde que viste de granate, pero usual cuando se convirtió en el máximo goleador del Choco en la DH Juvenil.

Sin necesidad de dominar a su rival, el Pontevedra mandaba 2-0 en el minuto 25. Todo salía a pedir de boca porque, además, el Adarve justo encajaba en en Carballo. El cuadro pontevedrés era líder de nuevo. Y lo celebró con el tercero. Todos los goles que no cayeron una semana atrás en Vilagarcía aparecían en Pasarón. El cuadro lerezano trianguló con sutileza por la derecha hasta encontrar el espacio en el lado contrario con un gran cambio de orientación que Araújo todavía mejoró más. El vigués se apoyó en Rufo para completar una pared y exigir una buena parada de Torre, que despejó hacia un lado de manera canónica. Pero allí apareció Abelenda, que tuvo la dosis precisa de pausa y filantropía para encontrar a Rufo en el segundo palo y regalarle el 3-0.

El choque parecía resuelto. Todo era extrañamente tranquilo en Pasarón e incluso el partido se le complicaba sobremanera al Adarve. Parecía que la jornada había perdido la emoción, pero una nueva concesión defensiva dotó al choque, de nuevo, de incertidumbre. Con Churre fuera de posición para tapar la caída a banda de Pana, el exgranate Jandrín picó entre Yelko y Araújo y encontró la línea de fondo. Desde allí puso un gran pase que David Iglesias materializó ganándole la partida a Seoane. Era el minuto 37. No estaba todo dicho.

Pero tras el descanso, el Pontevedra no dio opción a la sorpresa. Dos chuts iniciales con cierto peligro ofrecieron la falsa sensación de que el Langreo aun tenía algo que decir. Pero el conjunto granate controló el partido e incluso tuvo oportunidades de todos los colores para sentenciar. Pudo matar a la contra y también a partir de juego combinativo. Pero Oier erró ante Adrián Torre un balón de gol o gol de Álex. Y luego, el meta voló para evitar el 4-1 del vasco.

No bajó el Pontevedra ya con Charles, Romay, Rey y Diz en el campo. Pero en una nueva concesión defensiva, Dorian cabeceó a gol un centro desde la derecha y puso el miedo en el cuerpo del conjunto granate. Quedaban siete minutos. No había nada decidido. Aunque por fortuna, no aparecieron las dudas. El cuadro pontevedrés no se echó atrás y la sensación de incertidumbre era más por lo corto del marcador y los fantasmas que por lo que se veía en el campo. Y aunque con incertidumbre, acabó logrando el triunfo su necesitaba para ser líder y volver a depender de sí mismo para ser campeón a falta de tres jornadas para el punto y final de la liga.

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