4-1. El Pontevedra sigue sonriendo a base de pegada

Los granates volvieron a la senda del triunfo en un partido que solucionaron en una hora con más acierto en los últimos metros que juego
Los jugadores del Pontevedra celebran un gol ante el Móstoles. JAVIER CERVERA-MERCADILLOjpg
photo_camera Los jugadores del Pontevedra celebran un gol ante el Móstoles. JAVIER CERVERA-MERCADILLOjpg

No le hizo falta brillar en la construcción del juego ni en defensa. Con un pegada descomunal, el Pontevedra Club de Fútbol se llevó con solvencia su duelo ante el Móstoles URJC para seguir con su buena dinámica de nueve partidos sin perder y mantener el ritmo de puntuación del Unión Adarve.

Sacó un premio quizá excesivo en relación a sus méritos el Pontevedra en la primera mitad. El Móstoles saltó al arenoso césped de Pasarón con la intención de ser ambicioso y a buena fe que lo demostró en un inicio en el que atosigó a los granates, incómodos con la pelota y sufriendo cada vez que el rival la tenía y atacaba con agresividad los espacios. Irizo no acertó en el remate a los dos minutos y Carrasco, antes del diez, obligó a Cacharrón a empezar a trabajar con una estirada milagrosa que evitó un golazo desde la frontal. 

No encontraba respiro el PCF, con Javi Rey y Romay prácticamente inadvertidos. Sin embargo, ese planteamiento valiente del rival que le ahogó en área propia, le dio oxígeno en la contraria. Porque el equipo granate salía más en largo y, cada vez que ganaba el balón, podía correr. Así, sin necesidad de cocinar demasiado las jugadas, el cuadro locatario podía llegar a las inmediaciones de Tejero con más facilidad. Así, en su primer chut, el Pontevedra encontró el premio. Rubio recibió en la derecha y se fue abriendo hueco a través del balcón del área hasta sacarse un disparo esquinado con la zurda al que Tejero no llegó. Sin embargo, el colegiado anuló el tanto por fuera de juego posicional de Abelenda, que estaba cerca del portero pero no pareció entorpecerle demasiado.

La jugada sentó bien al Pontevedra, que empezó a equilibrar más el choque. El Móstoles ya no salía con tanta facilidad y el cuadro dirigido por Ángel Rodríguez empezaba a entender que jugando más en largo podía encontrar opciones para correr. Así, sin apenas necesidad de nada más que de rondar el área, empezó a romper el marcador a su favor. Tras un nuevo balón dividido, Álex González recibió acostado a la izquierda y se sacó un chut que Tejero solo pudo dejar muerto en el área. Puntual llegó Charles para, al primer toque y con fortuna, hacer subir el primer gol al marcador. 

No cambió el guion con ese 1-0 y el Móstoles tuvo una peligrosa llegada que Araújo se encargó de despejar, bien posicionado en el segundo palo. Y sin apenas necesitar inquietar más al rival, encontró la escuadra pontevedresa el segundo tanto. Charles cazó un segundo balón en la banda tras un saque de puerta rival, combió con Rubio y Abelenda detectó el espacio para trazar un movimiento a la espalda de la defensa y plantarse ante Tejero, al que superó con una fabulosa cuchara. Media hora y 2-0. El partido soñado.

El segundo gol sí hizo daño a la moral del Móstoles y agigantó a un PCF que se empezó a gustar. Seguía teniendo campo para correr el bloque granate y lo disfrutó con algunas jugadas que estuvieron más cerca de acabar en el museo por su estética que en gol.

Sin embargo, el Móstoles no estaba muerto y lo recordó en la última jugada del primer acto con un buen desmarque de Álvaro Sánchez, que se plantó esquinado ante Cacharrón. Volvió a ganar el meta la partida con un paradón con la pierna que mandó el choque al descanso con un marcador fabuloso.

Arrancó el segundo tiempo con un Pontevedra claramente a la expectativa para enganchar una contra y matar el partido. Y lo consiguió antes de la hora de juego. Álex González encaró en el uno para uno a su par, se fue hacia dentro y conectó un derechazo que se fue directo a la escuadra. El gol, precioso, sirvió para eliminar de un plumazo la intriga a un choque que el Pontevedra resolvió a base de pegada.

Fue una anécdota el tanto de Alexander, a la salida de un córner, y el de Iñaki, que cazó un balón sin dueño en el área para enchufar, de exterior, su primer tanto con el equipo de los mayores. Fue el epílogo a un encuentro que el PCF resolvió por la vía del acierto en los metros finales y que le sirve para seguir intocable en casa y no perder el ritmo del Adarve.

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