4-2. Demasiado grande para el Poio

El Poio Pescamar se despidió de la Copa de la Reina en Burela, en un encuentro en el que el conjunto poiense empezó muy mal, aunque logró reponerse.

Las rojillas llegaban al pabellón Vista Alegre con el peso de cero victorias en las 13 visitas previas, ante un Burela invicto en esta temporada. Las locales salieron con muchas ganas y una presión alta. Al poco, la brasileña Emilly tendría una doble ocasión. En la primera, un chut desde la frontal, Sandra Buzón rechazó a saque de esquina. Ese córner lo remató de volea la misma jugadora y el balón se estrelló en el palo. Las jugadoras de Poio Pescamar se veían totalmente sometidas.

La recompensa a la superioridad local llegó en el minuto seis. Patricia recibió de espaldas a portería, le cedió el cuero a Antía Pérez y esta disparó con potencia, anotando el primer tanto. El Poio tenía que responder y lo intentó por mediación de Ale de Paz. La internacional controló al borde del área y soltó un latigazo que Caridad rechazó.

A la intentona visitante replicó con un nuevo disparo al palo Emilly. El cuero volvió a la pívot y probó de nuevo, con la fortuna de que el balón rebotó en Martita y entró en la portería.

Tras ese segundo golpe, en el minuto trece, el conjunto pontevedrés sacaría rédito de una falta a favor. Elena Aragón cedió a Saki, la japonesa disparó y, tras otro rebote, estrechó el marcador. El equipo conservero pisó el acelerador y creó mucho peligro. Ya en la segunda parte, las jugadoras de verde sometían a las teóricas favoritas. Burela empezó a activarse, pero quería el gol de la tranquilidad, por lo que Julio Delgado colocó a Cilene como portera-jugadora. Sin embargo, el efecto fue el contrario. Laura Uña recuperó el balón, chutó desde su campo y anotó el empate.

Las locales realizaron más ataques de cinco jugadoras, largos y de banda a banda. En uno de ellos, Cilene combinó con Patricia, que filtró para Cami, que batió a Sandra Buzón. Esta acción desembocó en que López-Tulla colocara a Ale de Paz como portera-jugadora.

Pero al equipo le pudo la precipitación. Falló un ataque y Cami le puso la puntilla marcando su segundo tanto desde su campo. El Poio murió intentando anotar, pero la losa de esos dos goles de desventaja les pesó demasiado.