4-0. El Poio Pescamar golea al Móstoles a buen compás

El compás del Poio Pescamar es demasiado elevado para la gran mayoría de equipos de la categoría. O, al menos, así lo fue este sábado para el Móstoles. Porque el conjunto rojillo concretó su segundo triunfo del curso a base de un buen ritmo de juego con balón y una fabulosa solvencia sin él. El balón parado y un robo alto le permitieron adquirir una renta para vivir con tranquilidad. Y tras el intermedio, sentenció amparado en el empuje de Marta Peñalver.

El Poio jugó a otra velocidad desde el instante inicial. Fue como un dolor de muelas constante para el equipo madrileño. Las de López-Tulla ensuciaron una y otra vez el inicio de juego rival. Con una presión alta que impedía que las visitantes tuviesen fluidez, las conserveras conseguína que el choque solo tuviese una dirección: la portería de Ari. Y en una de sus primeras situaciones de gol, llegó el 1-0. Fue a través de la pizarra cómo el Poio desbloqueó el partido. Rocío asistió a Peñalver que, algo escorada, chutó con la izquierda. En la trayectoria apareció Dani para molestar lo suficiente a Ari como para evitar que detuviese un lanzamiento que, sin la presencia de la brasileña, hubiese sido parable.

El balón parado daba réditos al Poio, que tuvo el 2-0 en los pies de Escribano y Dani antes de que Elena Aragón estuviese lista para robar el esférico en un saque de banda que el Móstoles comprometió demasiado. La ex de Burela se quedó con la bola y se la regaló a Rocío Gómez para que esta, con la izquierda, sacase brillo a su fusil.
El segundo tanto cuando apenas se había superado el ecuador del primer acto no relajó al Pescamar. El equipo poiense siguió con las líneas elevadas y controlando muy bien su espalda para evitar ser sorprendido por un Móstoles que abusaba más de la verticalidad para respirar e inquietar a Bruzón. La meta local no se comió una vaselina de Benete y poco después despejó bien un chut poderoso de Inma, en el peor momento de un Poio que acumuló un par de pérdidas peligrosas cerca de su propia área al filo del descanso.

Pero el intermedio sirvió para reactivar a las locales, que volvieron a pisar el acelerador. El segundo tanto de Rocío se estrellaba contra una Ari que se crecía para aguantar a las suyas en el partido. Hasta que en una acción por la banda derecha que Marta Peñalver forzó por pura insistencia, llegó el 3-0. La 17 logró apurar hasta línea de fondo y colocar un balón tenso al área para que apareciese Dani a embocar el 3-0.

La diana terminó de hacer entrar en ebullición al Poio, que pudo anotar el cuarto en un servicio de Rocío que Uña estampó contra Ari. Apenas un par de minutos después, la pívot se tomó la revancha al transformar un penalti provocado por la insistencia de Peñalver, más hábil para llegar un balón dividido y provocar penalti. Desde los seis metros, Uña no perdonó para cerrar un marcador impoluto que el equipo supo sostener hasta contra el juego de portera-jugadora del rival. De momento, el Poio juega -y golea- a buen compás.