50 partidos de sueño granate Pontevedra

Luismi cumplió el medio centenar de encuentros de liga al frente de la plantilla de Segunda B del Pontevedra el pasado sábado, en el triunfo que la escuadra granate consiguió contra el Deportivo Fabril en Abegondo ▶ El técnico vigués dirigió su primer entrenamiento el 26 de diciembre de 2017, cuando llegó al cargo de forma interina para sustituir a Luisito, y vivió su debut en el banquillo del once de Pasarón el 7 de enero de 2018 contra el Celta B

Luismi 'celebrando' sus 50 partidos en el campo de Chan do Monte de Cerponzóns. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Luismi 'celebrando' sus 50 partidos en el campo de Chan do Monte de Cerponzóns. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Cincuenta partidos al frente del Pontevedra Club de Fútbol en Liga. Cincuenta puntos en la actual temporada. Luismi cuadró el círculo el pasado fin de semana gracias a la victoria que su equipo consiguió en Abegondo frente al Deportivo B. El mismo día que cumplía el medio centenar de encuentros, el equipo de Pasarón alcanzaba la misma cantidad de puntos en el presente ejercicio y se preparaba para seguir soñando.

El técnico vigués dirigió durante 19 jornadas al colectivo granate en la campaña de su debut y lleva 31 en la liga en curso. Es el sexto entrenador del presente siglo que alcanza ese registro. Con anterioridad habían logrado ese pequeño hito José Aurelio Gay (al frente del equipo en dos etapas, entre septiembre de 2002 y enero de 2005 y entre febrero de 2009 y junio del mismo año), Alberto Argibay (de enero de 2005 a marzo de 2007), Xabi Gracia (de marzo de 2007 a junio de 2008), Milo Abelleira (de julio de 2011 a junio de 2013) y Luisito (de octubre de 2014 a diciembre de 2017). A ellos se pueden agregar Milucho y Castro Santos, si se computan sus etapas en la entidad en el siglo XX.

"Debes aprovechar la oportunidad, aunque sea delicada. Nunca sabes cuando es un buen momento"

Las bodas de oro no son ni más ni menos de lo que aguardaba Luismi. De hecho, el entrenador vigués, que admite conocer la cifra de partidos que ha dirigido, no se había planteado ninguna marca personal.

"Cuando empiezas, no te propones un objetivo de hasta donde puedes llegar. La competición te exige mucho y estás centrado en hacerlo bien cada semana para que el equipo pueda competir, que al final es para lo que estamos los entrenadores", se explica. "Pretendemos que el futbolista rinda bien y también que el conjunto gane partidos, porque es evidente que dependemos de los resultados. En mi caso, además, llegué en un situación complicada en la que debíamos intentar ayudar a sacar esto adelante".

debut. Fue un 26 de diciembre de 2017. En origen era para unos días. La institución buscaba un reemplazo para el cesado Luisito. Las primeras sesiones de trabajo de Luismi y las complicaciones que ofrecía el mercado de entrenadores acabaron haciendo desistir al director deportivo, Roberto Feáns, de seguir buscando en el exterior y conduciendo al preparador vigués al banquillo de Pasarón. Debutó contra el Celta B, en el primer encuentro de la segunda vuelta de la campaña pasada, un 7 de enero. El duelo finalizó con un 1-1, con gol de Jorge Hernández.

Luismi procedía de la escuadra juvenil de División de Honor, con la que estaba realizando un gran trabajo. Cuando Feáns lo llamó para subir dos escalones, no le tembló el pulso. Y cuando le ofreció la continuidad hasta el final del ejercicio, tampoco. "Debes aprovechar la oportunidad, aunque la situación sea delicada y complicada. Nunca sabes cuándo es el buen momento. Simplemente se dio así e intenté aportar mi energía y el positivismo con el que llegué y transmitírselo a los futbolistas para hacerles ver que aquello se podía sacar adelante, porque había una plantilla con calidad. Era simplemente una cuestión de cabeza y mentalidad".

Estamos haciendo una temporada regular, compitiendo con los mejores. Vamos a tener opciones hasta el final"

El actual inquilino del banquillo de Pasarón vivió una etapa de interinidad durante varias semanas, hasta que fue confirmado en su cargo después del primer triunfo del colectivo a sus órdenes, contra el Cerceda, en Pasarón, el 21 de enero de 2018.

En su primer curso, el fantasma del descenso se paseó a orillas del Lérez. El equipo pontevedrés se la jugaba y él, personalmente, también. "Fue medio año duro. Era una situación límite y estábamos jugando con la historia del club. Era una responsabilidad muy grande, pero no me arrepiento de mi decisión. Yo fui futbolista de esta entidad y para mí poder dirigir al Pontevedra era un sueño", explica echando la mirada atrás, recordando la exigente campaña de su debut, en la que un brillante final de curso permitió al once que dirigía aferrarse a la categoría.

ERRORES. Humildemente, reconoce que ha sido consciente de sus errores en más de una ocasión. Es una de sus principales virtudes, la humildad.

"Eres exigente contigo mismo y cuando ves que el equipo no gana o no juega bien crees que es, en gran medida, por tu culpa. Tienes que encontrar la manera de que los jugadores ofrezcan su mejor rendimiento. Y cuando no lo logras y el bloque no suma triunfos, le das vueltas a la cabeza para pensar ¿en qué he cometido el error?, ¿qué le he transmitido mal a los futbolistas? ¿Por qué no lo han interpretado bien?. Eso provoca que en bastantes ocasiones te vayas enfadado para casa. Soy exigente y siempre necesito y quiero más".

"Era una responsabilidad muy grande, pero no me arrepiento. Para mí dirigir al Pontevedra era un sueño"

Sigue siendo el mismo del primer día, pero a la vez es otro. Está asentado ya en la categoría, ha superado el primer año del máster con buena nota y ahora afronta el segundo en busca del sobresaliente.

"Al final, entrenar durante un tiempo a estos niveles te da un poso, un saber estar, otra forma de entender coyunturas que al principio son más complicadas y en las que debes tomar decisiones que no sabes si son las acertadas o no. Con el tiempo uno se va curtiendo y cogiendo la experiencia necesaria para seguir los caminos correctos. Eso es lo que te da el hecho de estar un tiempo en el banquillo".

50 PUNTOS. Ahora piensa en el final de la campaña, en esa gran aspiración con la que sueña su vestuario, su cuerpo técnico, el club y la afición: una plaza en el play-off por el ascenso. Los 50 puntos de que dispone actualmente el colectivo estaban dentro de las previsiones del técnico de la ciudad del Lérez. "Después de la primera vuelta, contaba más o menos con estar como estamos. Vas viendo los puntos que vas sumando y los resultados que vas obteniendo y al final era lo que calculaba. Se nos escaparon un par de empates de casa que nos podrían haber dado un empujoncito para estar más cerca de los cuatro primeros. Pero la línea del equipo está siendo la correcta. Estamos haciendo una temporada regular y estamos compitiendo con los mejores. Vamos a tener opciones hasta el final", esa es otra de sus cualidades, su impepinable optimismo. Y eso a pesar de que el Pontevedra intenta superar un gran reto en el grupo I más exigente de los últimos tiempos.

"Se ve que está todo muy igualado. Los de arriba tienen plantillas y presupuestos para estar en play-off de ascenso, excepto el Sanse y nosotros, que íbamos a intentar meternos y competir. Pero rivales como el Real Madrid Castilla, el Atlético de Madrid B, la Ponferradina, la Cultural Leonesa o el Fuenlabrada están hechos para meterse entre los cuatro primeros. Está siendo una temporada muy dura y competitiva y vamos a tener que pelear hasta el final".

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