60-55. El Arxil rema hasta morir en la orilla

El Arxil cayó en Málaga. Como si de una continuación del infierno vivido en casa ante el Hierros Miralvalle se tratase, el equipo visitante fue incapaz de sentirse cómodo sobre el parqué. Unas molestias que se transformaron en leve tortura con el paso de los minutos y el buen juego de un rival cada vez más entonado en fase ofensiva. Quizá por ello gastó su primer tiempo muerto Maite Méndez después de un triple desde la esquina izquierda anotado por García en la primera bola de quiebre (14-6, min. 7).

Ni siquiera la batería de interiores lerezana, conocida en la categoría por arrasar con la pintura de todos los pabellones que visita el Arxil, pudo este sábado infligir rasguño alguno sobre un acorazado a rebosar de kilos y centímetros. Nerea Liste, Díaz-Pache y Forster vivieron a remolque de un rival que se movió con soltura en el pase extra y penalizó con velocidad cada uno de los errores propios en la circulación del balón. Por si fuera poco, Stojiljkovic fue un enigma indescifrable con su habilidad de pies y su capacidad para involucrar a sus compañeras desde el poste alto. Suyo fue el último pespunte que bordó una diferencia que dejó al bando pontevedrés deambulando por la pista tras un lanzamiento en suspensión con pase de Vieitas (30-19, min. 17).

Sentaron bien al equipo los ajustes realizados por Méndez durante el descanso. El Arxil comenzó a cerrar el rebote en defensa y encontró opciones en el ataque. En ese punto brilló con luz propia Bernardeco, con una actuación notable en la que solo sobró algún tiro precipitado. Fueron los mejores minutos para un equipo que encaró el último cuarto con opciones lejanas pero reales de conseguir la victoria. Al igual que ocurrió en los 30 minutos de juego anteriores, el Arxil hizo la goma. Y como no hay mejor receta que las que siempre funcionan, la pizarra lerezana volvió a refugiarse en la defensa en toda la cancha para limar una renta que se redujo hasta el 55-50 antes de que Forster robase la pelota en un saque de banda a falta de dos minutos.

Sin prisa pero sin pausa se llegó a la situación de 56- 53 con bola para Bernardeco libre de marca en el perímetro. Su lanzamiento de tres, lleno de dudas, terminó lejos del objetivo en el último suspiro de vida de un Arxil que se encomendó a una retahíla de faltas personales que solo sirvieron para alargar la agonía.