78-67. El Marín Peixegalego encaja una nueva derrota en Melilla 

El Marín Ence Peixegalego cosechó su séptima derrota en Melilla en un partido en el que compitió a buen nivel durante el primer y último cuarto, pero en el que le lastraron su deficiente ataque, escenificado en Joel Hernández, y la falta de rotación y de poderío físico interior.

El inicio de encuentro del equipo de Javi Llorente fue esperanzador. Máxima intensidad defensiva en las líneas de pase, a pesar de dos aparentes canastas fáciles que Jacobo Díaz no fue capaz de anotar. Fue un primer indicio del verdadero problema del equipo. El control del rebote defensivo era otro factor positivo para jugar en transiciones rápidas, aunque la resolución de las mismas volvía a ser un contratiempo, con numerosas pérdidas, malos tiros o posesiones sin llegar a mirar aro.

Pero Melilla tampoco estaba fino en ataque en esos primeros minutos de partido y el Peixegalego llegó a dominar hasta el minuto cuatro (5-6). La salida a pista de Javi Marín en la dirección y de Agada, un seguro en la labor anotadora, voltearon el duelo. El conjunto marinense apostaba por la anarquía, sin acierto en la toma de decisiones ni en los tiros de Joel Hernández, convertido más en un lastre que en una referencia. Con ello, el conjunto de Javi Llorente pasó a depender de la anotación en el triple para sobrevivir en el cuarto inicial.

Dos canastas de Saunders y una de Badmus hicieron posible que Melilla no llegase a abrir brecha en el marcador, a pesar del pésimo porcentaje de acierto en tiros de dos puntos, un 18%, con solo un par de lanzamientos anotados en los diez primeros minutos de juego (19-15).

Melilla empezó a dominar en el segundo cuarto

Todo cambió en el segundo cuarto. Un parcial de 6-0 en apenas 50 segundos fue el preludio de diez minutos donde Melilla dominó todas las facetas del juego y el marcador con comodidad. El Peixegalego siguió con sus problemas en ataque. Noguerol fue el único jugador con ideas claras y que hasta llegó a llevar el peso anotador por momentos. En defensa, el poderío físico del Melilla marcó diferencias.

Sidibe, con nueve puntos casi consecutivos, colocó a su equipo con una máxima diferencia de catorce unidades a 4:07 para el descanso (35-21). La mejor noticia para el equipo de Javi Llorente al tiempo intermedio resultó que esa diferencia no fue a más (40-28).

Tras el descanso recuperó la intensidad defensiva y, de la mano de Noguerol y Badmus, tras superar un mal inicio de cuarto donde Melilla alcanzó los 16 puntos de ventaja (44-28), llegó a recortar diferencias hasta colocarse a tan solo siete (4740), pero triples con mucha fortuna de Luke y Misters impidieron que la reacción del conjunto pontevedrés le diese opciones de triunfo (56-46). En el comienzo del último cuarto, con un parcial de 14-3 en los primeros cuatro minutos, se puso el punto y final a cualquier opción de triunfo tras colocarse Melilla con 21 puntos de ventaja. A pesar de todo, el Peixe mantuvo el tipo y logró aminorar la diferencia final.