78-70. Un Peixe de Oro otra vez

El Marín logró hacer valer la renta de 16 puntos que logró en el partido de ida ▶ El Villarrobledo llegó a ponerse a seis puntos de remontar, pero los visitantes aguantaron

Los jugadores del Peixe Galego celebran el ascenso a Leb Oro. DP
photo_camera Los jugadores del Peixe Galego celebran el ascenso a Leb Oro. DP

El Peixegalego regresó a la LEB Oro solo dos años después de su descenso a EBA. Consiguió su segundo ascenso consecutivo en la pista de Villarrobledo en un partido en el que solo pasó momentos de dificultad en el segundo cuarto. El equipo de Marín controló sin dificultades el resto del partido y lo acabó solventando con la experiencia de Javi Llorente desde el banquillo y la aportación en pista de Badmus y Sevillano.

El comienzo de partido fue el que necesitaba el Peixegalego para frenar el esperado empuje inicial de un Villarrobledo necesitado de recortar cuanto antes la renta de 16 puntos del partido de ida. El 2-7 con el que se llegó a los dos primeros minutos de encuentro, con Badmus y Sevillano liderando el ataque y consiguiendo tiros cómodos, reflejaba el dominio que tenía el equipo dirigido por Javi Llorente.

Pero había factores que podían perturbar esa aparente tranquilidad. El primero fue el rebote de ataque, donde de nuevo Villarrobledo volvió a dominar con Diene y Nesbit. El segundo, la imposibilidad del juego interior del Peixegalego de controlar a Diene en posiciones cercanas al aro e incluso en sus rápidas transiciones. A estos dos factores se les sumó una sucesión de pérdidas por precipitación y malos pases y la falta de fluidez en ataque provocada por el desacierto en el tiro de tres puntos. Gregory estuvo superado por la defensa local y tampoco era capaz el Peixegalego de generar puntos en posiciones cercanas al aro por la defensa del Villarrobledo y su clara superioridad interior.

Todo esto llevó a un parcial de 15-3 a falta de dos minutos para el final de cuarto, teniendo que parar el partido Javi Llorente y regresando a la pista Badmus, a pesar de tener dos faltas personales. Los tiros libres fueron el salvavidas del Peixegalego en ataque hasta el final de cuarto para impedir que Villarrobledo cogiese una renta que le hiciese coger confianza para el resto del partido.

MOMENTO CRÍTICO. Los problemas en ataque se mantuvieron hasta el segundo minuto del segundo cuarto, cuando Gregory anotó su primera canasta en juego y cortó más de diez minutos del equipo de Javi Llorente sin anotar más que tiros libres. Pero Villarrobledo jugó sus mejores defensas, apretando líneas de pase, jugando al límite de la falta e impidiendo que las referencias ofensivas del Peixegalego estuviesen cómodas y con buenas posiciones de tiro. A mayores, gozó de un inusual acierto desde la línea de tres puntos.

El resultado fue que la diferencia comenzó a moverse por encima de los 10 puntos hasta una máxima de 13 a falta de 5:04 para el descanso tras unos minutos de inspiración y de calidad de Nesbitt. Ahí llegó el peor momento del partido y Javi Llorente supo reconducir a su equipo dándole confianza y tranquilidad. Badmus apareció como líder junto con Sevillano. Los tres jugadores, junto con la aportación de Vashil Fernández y Pantín, unido a la sucesión de faltas locales, hicieron posible que al descanso el partido llegase con ventaja moral del Peixegalego.

La diferencia era de solo cinco puntos (40-35) tras un dos más uno de Sevillano y un triple clave y que hizo mucho daño a los locales sobre la bocina del cuarto de Pablo González.

VETERANÍA Y SABER ESTAR. Tras el descanso el Peixegalego controló el partido sin apuros, con veteranía, sabiendo jugar posesiones largas, desgastar al rival a base faltas y aprovechar su desacierto desde el triple para mantenerse siempre por debajo de los diez puntos e incluso llegando a ponerse por delante en el marcador a falta de 3:25 para el final del tercer cuarto en otro momento clave con una falta de tres tiros de Eneogwe sobre Badmus, que además llegó acompañada de una técnica que le mandó al banquillo de forma definitiva.

El último cuarto no tuvo momentos de complicación para un Peixegalego, que salvo algún arreón a base de triples de Villarrobledo que le llevó a una máxima renta de diez puntos (78-68), siempre mantuvo rentas que no ponían en peligro el ascenso. Una canasta aro pasado de Sevillano a 28 segundos para el final fue el colofón de la derrota más dulce y alegre para el Peixegalego porque le conduce a la LEB Oro, el segundo escalón del baloncesto.

A partir de ahora se abre la otra lucha por el ascenso, en este caso en los despachos, donde las primeras noticias desde el club no son muy optimistas por la falta de apoyos económicos, aunque se luchará hasta el último momento por lograrlo.

Incertidumbre
El club no asegura que se pueda subir
Las dudas sobre la confirmación del ascenso a LEB Oro irrumpieron en medio de la celebración por el ascenso. El propio Llorente, así como algunos jugadores, quisieron evitar el tema para centrarse en disfrutar desde el momento. Sin embargo, desde la directiva el mensaje al corresponsal de ADG Media en Villarrobledo fue más claro. Y no invita al optimismo. "Somos un club modesto con pocas ayudas. Trataremos de trabajar para este club sea en la categoría que sea. Los jugadores de merecen el ascenso. Hace un año estábamos celebrando el ascenso desde EBA a LEB Plata, ahora de Plata a Oro. Tenemos toda la ilusión de conseguir que el club esté donde se merezca, en lo más alto. Además tenemos una mala experiencia con los trámites administrativos por lo ocurrido con la no inscripción en Plata", explicaron.

Precedentes
Hace tres temporadas, el Marín sí decidió apostar por disfrutar del ascenso a LEB Oro y posteriormente le costó muy caro. El equipo marinense no pudo confeccionar un equipo para salvarse deportivamente y además, las exigencias económicas, terminaron por conducirle a un descenso administrativo del que se ha logrado reponer en la pista.

Los aficionados del Peixegalego vieron el partido fuera de la cancha. GONZALO GARCÍALa afición del Peixegalego celebra la victoria. GONZALO GARCÍA

 

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