![Levitec-Marín./Foto Verónica Lacasa./ 25-10-19 [[[DDA FOTOGRAFOS]]]](/asset/thumbnail,1280,720,center,center/media/diariodepontevedra/images/2019/10/26/2019102600245573648.jpg)
Huesca contempló la quinta derrota del colista Marín Peixegalego en otras tantas jornadas disputadas. El equipo entrenado por Javi Llorente cayó contra el Levitec Huesca en un partido que controló hasta el descanso (45-45 al intermedio) con el trío Joel Hernández, Badmus y Doorson como pilares, pero se desfondó en la segunda parte por la escasa aportación de las pocas rotaciones y por la acumulación de faltas de jugadores clave hasta perder por 22 puntos.
Bajo la batuta de Joel Hernández en la dirección, el conjunto visitante se impuso de inicio en todas las facetas del juego. Desde el 0-4 inicial hasta el 40-38, a falta de tres minutos para el descanso, el Peixegalego dominó el marcador con diferencias de hasta 12 puntos merced al acierto exterior y al poderío de la pareja Badmus y Doorson en la zona. El versátil ala-pívot irlandés consiguió anotar desde el perímetro con acciones en el poste con canasta y falta, mientras que el pívot con pasaporte holandés impuso centímetros y poderío físico en el aspecto intimidador y reboteador.
Las rotaciones bajaron el nivel del conjunto visitante, que sobrevivió a un nuevo arreón local hasta llegar al descanso en tablas. Sin embargo, tanto Hernández como Badmus, con 13 y 14 puntos, llegaron al intermedio con el lastre de tres faltas personales cada uno. Los peores presagios se cumplieron tras el descanso. El Peixegalego solo compitió de verdad durante cinco minutos del tercer cuarto, mientras Badmus, Doorson y Joel Hernández continuaron al mismo nivel.
La dirección de Cárdenas, la aparición por sorpresa de Urdiain en el triple y el trío interior Skara, Vucetic y Grabauskas como referencia interior para el Huesca hicieron establecer un parcial 18-5, que decantó el encuentro a falta de ocho minutos para la conclusión. El 18-5 significó una bajada de brazos en los jugadores clave del Peixegalego, salvo Badmus, que mejoró su estadística particular en un último cuarto sin mayor historia que el recital oscense jugando a placer ante un adversario aminorado.
