El Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra no tiene dinero para seguir compitiendo

Dicen que la felicidad no es completa, que siempre hay algo que la puede estropear. El Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra vive el mejor momento de su historia y probablemente nunca ningún club de este deporte de la capital de las Rías Baixas había logrado sus éxitos, pero esos resultados deportivos chocan con su situación económica. «Estamos muy cerca de la desaparición», asegura su presidenta, Raquel Rodríguez, de una de las claves del gran momento de la entidad.

Esta delicada situación no se debe a las deudas, sino a la falta de recursos para poder seguir compitiendo. «No tenemos más dinero», recalca la dirigente, porque los recursos económicos impiden poder desarrollar toda la actividad que tiene que afrontar la entidad. El trabajo por la promoción de la cantera choca con la realidad económica.

El Ciudad se ha erigido en una de las principales referencias del piragüismo gallego. Ha ganado las tres últimas ediciones de la Superliga y en el reciente Campeonato de España de promesas alcanzó una espectacular tercera posición, que demuestra el gran futuro de una entidad que cuenta con casi un centenar de deportistas.

A esa buena labor deportiva se une la gestión económica, que hace que el club no tenga deudas importantes. «Tenemos los problemas normales», pero el gran hándicap de liquidez pasa porque «no han cumplido compromisos con nosotros», explica Raquel Rodríguez que pone de manifiesto que «la Federación Gallega nos debe cerca de 15.000 euros en premios y ya le hemos dicho que el dinero de las licencias (2.000 euros) nos lo descuenten de ahí».

El club ha tenido que hacer frente estos días al pago de 1.500 euros a Puertos de Galicia «por las instalaciones», en las que la entidad gasta cerca de 5.000 euros al año. La delicada situación hace que el club esté estudiando renunciar a ir a competir a fuera de Galicia «y en el caso de hacerlo tendremos que ir a dormir a un camping y comer y cenar de bocadillo». Esa es la realidad de un club ejemplar, que en el último lustro ha sufrido un cambio radical gracias a la gestión de un grupo de personas que lo han convertido en un referente.

El SOS va encaminado a conseguir algún tipo de ayudas «por parte de alguien para que los chavales puedan seguir acudiendo a las competiciones».

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