Alejandro Vázquez: "Lo que más recuerdo del ascenso son las caras de alegría"

El excapitán del Pontevedra, ahora vinculado a una empresa funeraria, recuerda su paso por el club
Vázquez, en el centro, junto a Fran Rico y Martin Ragg en un partido de esta temporada. CEDIDA
photo_camera Vázquez, en el centro, junto a Fran Rico y Martin Ragg en un partido de esta temporada. CEDIDA

El confinamiento por la Covid-19 ha generado la moda de redifundir partidos históricos. Y la afición granate quería el suyo. Tanto que lo pidió por redes sociales a la TVG, que produjo una encuesta con el Pontevedra-Lorca de 2004 como ganador. El choque del ascenso, redifundido este sábado, unió por redes sociales a multitud de hinchas pontevedreses, que aprovecharon la ocasión para rememorar el día más importante de la historia reciente granate. También lo hace Alejandro Vázquez (Gijón, 1976), uno de los hombres más importantes de la primera década del siglo XXI en el Pontevedra Club de Fútbol.

¿Cómo recuerda aquella llegada al Pontevedra en el verano del 2003?

Fue un poco casualidad. Yo jugaba el año anterior en el Avilés y los rivales contra los que nos enfrentábamos nosotros a la semana siguiente los cogía el Pontevedra. Pablo Vázquez, que era el segundo entrenador y hacía los informes, se fijó en mí. Y por eso acabé en el Pontevedra. Era un equipo puntero de Segunda B, un pasito más en mi carrera. Llegué y lo que viví fue impresionante. En Pasarón había cada fin de semana 4.000 personas. Era un ambiente increíble. Fue un sueño. Y no solo por lo deportivo, sino por lo humano. El vestuario era fantástico. Fue importantísimo para ese ascenso. Al final se logró algo que la gente llevaba 28 años esperando.

¿Dónde estuvo la clave?

Primero, en el último partido contra el Racing. Conseguimos remontar. Eso hizo que acabásemos primeros. Fue muy importante, porque el sistema que había de play-off te permitía jugar el último partido en casa. En la fase nos costó: empatamos los dos primeros partidos en casa. Tuvimos que sacarlo fuera. Los aficionados nos acompañaron a todos lados. El ambiente que hubo en Miranda fue espectacular. Aquel partido fue la clave. Ganar allí, con un público rival que apretó mucho, nos hizo ver que teníamos muchas posibilidades de subir.

Luego subieron con suspense. Pudieron ascender ya en Lorca.

Lo bueno es que teníamos la oportunidad de jugárnoslo en casa. Sabíamos que era todo a un partido y salió bien. Fue el día más importante de mi carrera. Solo tuve esa oportunidad de ascender a Segunda. Nos concentramos toda la semana con el equipo. Intentamos distraernos un poco, no meternos en el ambiente. Porque todo el mundo hablaba de lo mismo: el ascenso. Puede acabar siendo perjudicial. Aún así, lo vives intensamente. Yo recuerdo que llegó la familia también… fue muy emotivo. Celebrarlo con toda la gente, el autobús… No te imaginabas lo que fue llegar a la plaza (de España) y encontrar esa euforia. Eso es lo que mejor recuerdo: ver la cara de alegría de toda esa gente, que llevaba persiguiendo un sueño así desde hace mucho.

"El partido contra el Lorca fue el día más importante de mi carrera"

Pero el partido fue complejo. ¿Hubo dudas en el descanso?

No. Apelamos a tener tranquilidad y confiar. Sí que tienes algo de miedo por perderlo y por provocar que se desvanezcan todas esas ilusiones. Pero sabíamos que era nuestra oportunidad. La primera parte fue de nervios, porque ningún equipo quería cometer errores. Sabíamos que marcábamos goles con facilidad y se demostró: metimos el primero y las cosas fueron entonces más rodadas.

Y llegan a Segunda División, pero la cosa sale mal. ¿Qué pasó?

Yo creo que fue más que nada que seguimos haciendo el mismo juego. Todo el mundo decía durante la primera vuelta que jugábamos muy bien, quizá éramos el equipo que mejor combinaba. Pero la Segunda es distinta. Los equipos defienden muy bien y aprovechan el mínimo error para meter gol. Y luego es complicado darle la vuelta. Creo que nos equivocamos en la forma de jugar, porque la Segunda es muy traicionera. Nos costó adaptarnos. Es una pena. Si nos hubiésemos mantenido…

¿Pero Gay no quiso cambiar el modelo?

Tenía una idea y quería morir con ella. Él siempre fue de jugar muy al ataque y Segunda te requiere jugar de otra forma. También es verdad que los fichajes venían para jugar así. Luego en la segunda vuelta se trajo a otro tipo de gente, con un nuevo entrenador y cambió la cosa. Al final no sabes si de haber cambiado antes nos hubiésemos salvado o no. Pero bueno, es la forma que tiene Aurelio. Lo ha demostrado con resultados.

"El problema en Segunda es que seguimos jugando igual. Aurelio tenía una idea y quiso morir con ella"

Llega Argibay y todo cambia.

Radicalmente. El juego no era tan brillante, pero los resultados iban llegando. Teníamos un déficit bastante grande. Había que remontar mucho. Bajamos últimos con 44 puntos. Para acabar colistas, logramos una puntuación bastante alta. Hasta la penúltima jornada en Málaga estuvimos ahí. Fue clave perder en Gijón cuando íbamos ganando 0-2.

Y usted, a los 28 años, estrenó posición como lateral izquierdo.

Para mí fue una sorpresa. Nunca había jugado de lateral izquierdo y mi punto fuerte no era la velocidad. Pero eso hacía que Argibay me viese como un lateral más defensivo. Tenía que defender primero y, si podía, incorporarme. La verdad es que me costó bastante adaptarme a una posición que no era nada habitual, pero con la llegada de Yobo el técnico me coloco ahí. Y me acabé adaptando.

Igual dolió todavía más caer en los play-offs siguientes.

Lo del Sevilla fue muy doloroso, de lo más injusto que he visto. Allí ganamos 0-2. Todo el mundo estaba pensando en el siguiente partido. El campo no estaba tan lleno como otras veces porque la gente igual estaba ya pendiente de desplazarse contra el Salamanca… Durante el partido, tuvimos muchísimas oportunidades. Y al final del partido te meten unos goles absurdos. En la prórroga tuvimos ocasiones otra vez pero luego en la tanda, ellos meten los cinco y nosotros fallamos uno. Se te queda una cara de tonto… Para el club hubiese sido importante subir, porque si bajas pero al año siguiente vuelves… minimizas las pérdidas económicas. Se apostó bastante fuerte.

"No me fui por dinero. Me hicieron una oferta con la que me invitaron a abandonar el club. Fallaron las formas"

En aquel regreso a Segunda B se lesiona de la rodilla. ¿Vio difícil volver a rendir?

Me lesioné en diciembre y lo vi todo muy negro. Pasar por el quirófano, los dolores de las primeras semanas… Pero tuve la suerte de encontrar buenos profesionales. Tanto Cota, que me operó, como Juan Solla, el readaptador. Trabajamos muy duro para volver en las mejores condiciones. Yo le saco lo positivo. Pasé de jugar siempre, sin problemas físicos, a estar siempre en la grada. Llegaba el primero el entrenamiento y me iba el último, doblaba las sesiones… Me sirvió mucho. Lo guardo como un recuerdo bastante bueno, porque me hizo ser mejor jugador.

Muchos futbolistas apostaron por quedarse aquellos años.

Sí, siempre se apostó muy fuerte para volver a ascender. Económicamente Nino hizo todo lo posible, porque aquello era la salvación para el club. Se gastó bastante y después de tantos años intentándolo, llegó la crisis y todo se vino abajo. Comenzaron los problemas, ya no se pagaba…

En la campaña 2007-2008 las cosas iban bien, pero sin embargo Alberto Argibay es cesado.

El ambiente era muy enrarecido con Alberto Argibay. Cuando lo echaron habíamos pasado a la final de la Copa Federación. No estábamos con el entrenador y viene Javi Gracia. Fue un cambio radical. Era del perfil de Aurelio. La gente cambió. Fue de los mejores entrenadores que he tenido, por no decir el mejor. Es un enfermo del fútbol. Y ahí se ven los resultados.

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Ustedes intervinieron en la destitución de Argibay.

Sí que intervenimos, pero yo creo que Nino también lo veía. Él apreciaba cómo estaba el vestuario. Comíamos con él y estaba con nosotros. Había cosas de la forma de trabajar de Argibay que no le gustaban. Es verdad que la plantilla lo decía. La gente no estaba a gusto, incluso los titulares. Por eso tuvo que tomar medidas. Y apostó por un cambio.

Y tras varios años más sin subir, llega la temporada del Alcorcón.

Fueron años bastante complicados. En los dos últimos que viví allí, llegó la crisis. El primer año (2008-2009) no nos metimos en play-off, pero más que nada por el ambiente que había en el club. No nos pagaban, había deudas… Al final se solventó perdonando parte del salario de todo el año. Al año siguiente se hizo una inversión fuerte, pero el equipo no arrancaba. Aguirre fue destituido y llegó Alfaro. Lo conocíamos como jugador, pero no como entrenador. Y nos sorprendió gratamente. Me dio mucha confianza. Él hablaba mucho con el futbolista y se hacía respetar por cómo era. Llegamos al play-off en las últimas jornadas. En Vitoria e hicimos un partidazo. Nos tocó el Oviedo. Ellos pensaban que nos iban a pasar por encima porque nosotros éramos un equipo veterano, pero pasó todo lo contrario. En casa ganamos 2-1 y luego en el Tartiere todo el mundo sabe lo que pasó. Aquello fue la bomba.

¿Ahí se creen que pueden ascender?

Sí, totalmente. La temporada había sido muy irregular, pero estábamos muy bien. Pero en Alcorcón pasaron unas cosas muy raras. A Dani Pendín no le pitaron un penalti clarísimo, que era expulsión. Pero es que no fue solo a nosotros. Luego en la siguiente eliminatoria hubo un robo mayor todavía al Ontynient. Ahí hubo algo raro. Eso está claro. No sé si sería porque fue el Alcorconazo. Casualmente los que eliminaban al Madrid subían a Segunda, porque había pasado el año anterior con el Real Unión. Cuando quieren que suba un equipo y encima de Madrid, pues entonces tiene todas las ayudas posibles.

Y finalmente, se va del club. ¿Por qué?

No fue por dinero. No querían que siguiese. Me hicieron una oferta, pero invitándome a salir. Las formas no fueron las mejores. Creo que merecía algo mejor. Pero así es el fútbol. Me fui a Badalona y disfruté dos años más del playoff. Y ahora sigue el fútbol, pero desde lejos. Tengo los títulos de entrenador, pero para vivir del fútbol hay que dedicarle mucho tiempo y mover a la familia. Al margen de que estoy con la funeraria, prefiero la tranquilidad y no andar moviendo a la familia. Soy socio del Sporting y vuelvo a Pontevedra una vez al año. La afición me da siempre muchísimo cariño.

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