EL FUTURO LES PERTENECE

Aroa De Montis, ambición y resiliencia

La deportista pontevedresa comenzó en judo con nueve años ► La temporada pasada ganó dos bronces gallegos en júnior y cadete ► Ahora trabaja en mejorar tras detectar una lesión en sus piernas
Aroa de Montis, con el traje de judo y el cinturón marrón. RAFA FARIÑA
photo_camera Aroa de Montis, con el traje de judo y el cinturón marrón. RAFA FARIÑA

Cogió el traje de judo, bajó junto con su hermano mayor a la peluquería en la que estaba su madre y le dijo: "Mamá, nos vamos a entrenar". Tenía nueve años y nunca había practicado otro deporte, pero Aroa De Montis decidió que ese día quería darle una oportunidad al judo. Y acabó enamorándose de esta disciplina. Ahora, en su palmarés ya relucen dos medallas de bronce en las categorías júnior y cadete del Campeonato de Galicia de la pasada temporada. "El judo es un deporte que a mí me ayuda mucho porque tengo mucho carácter y me vale para tranquilizarme", explica la pontevedresa para dar respuesta a qué la cautivó de esta disciplina.

"Siempre que estoy muy saturada tengo la necesidad de ir a judo. Entre los exámenes, que acabas agotada mentalmente, te dices: Necesito parar e ir a entrenar", comenta. De Montis reconoce que para dar continuidad a una carrera en el mundo del judo "te tiene que gustar mucho porque exige, aunque solo sea por cumplir con los pesos a la hora de competir". Aunque ella nunca ha tenido problemas con el pesaje, explica que la competición te obliga a cumplir "con una determinada condición física y luego, tener la capacidad de bajar lo que te sobra porque competir en un peso superior siempre te genera desventaja, ya que el rival es más pesado". La pontevedresa le ve también el lado bueno a este aspecto: "Te ayuda en cuanto a estar sano porque evitas comer ultraprocesados".

Además de a nivel físico, el judo defiende unos valores que De Montis ha aprendido desde dentro: "Este deporte genera que haya mucho respeto. Siempre das la mano antes de todo, es bastante tranquilo e incluso entrenas con los que después son tus rivales. Con los árbitros también se tiene mucho respeto y creo que es bueno, ya que enseñas a la gente a comportarse desde pequeños".

Después de ocho años practicando judo, De Montis ha crecido como deportista y ha conseguido subirse dos veces a un podio gallego, en una disciplina muy exigente. "Estaba muy emocionada cuando conseguí mi primer bronce. Cuesta mucho llegar hasta ahí y cuando lo consigues es increíble. Es de los mejores recuerdos que tengo", explica la pontevedresa, que también guarda con cariño el recuerdo "de mi primera competición. Quedé segunda, éramos nueve, y me sentí muy orgullosa a mis diez años".

Ahora, De Montis lucha contra una lesión: "El fisioterapeuta me ha dicho que tengo las piernas ligeramente torcidas hacia dentro. Eso, junto a mi condición de hiperlaxia, hace que los rodillas no tengan bien sujeto el menisco". Pero De Montis no ha dejado que esto acabe con sus ganas: "Este año quiero sacarme el cinturón negro y así, acceder al curso que me permitiría dar clases. Me gusta esto y quiero seguir en ello".

Difundir valores por y para todos
A finales de 2015, Benito Guimeráns decidió poner en marcha el Judo Club Campolongo. Su padre, maestro judoka, inculcó en la familia la pasión por una disciplina que los Guimeráns querían ver crecer en la ciudad. Por eso Benito, junto con su hermano Alberto, decidieron impulsar este club dentro de la estructura de Be One Campolongo.

El gimnasio pretendía dar vida a un club que diese cabida a diferentes secciones deportivas. Finalmente, el judo fue la que logró consolidarse. La filosofía que defendían entonces es la misma que ahora: judo por y para todos. Desde el club entienden que los valores que transmite esta disciplina son una base de formación magnífica para las jóvenes promesas, y por ello entrenan a niños y niñas desde los cinco años.

Además, el espectro de deportistas se amplía hasta superar los 40 años. Actualmente, alrededor de 60 judokas forman parte de la entidad, que busca complementar la formación que también ofrece el Judo Club Pontevedra, expandiendo este deporte en la Boa Vila. Una oferta variada El Judo Club Campolongo no solo está abierto a formar judokas de todas las edades –a partir de cinco años–, sino que su oferta está compuesta por un gran abanico de propuestas de cómo practicar este deporte. Además, trabajan de cerca con aquellos judokas que quieren animarse a competir como Aroa De Montis o Alicia López.

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