La amistad forjada bajo el arco granate

Martín Ragg, exportero del Pontevedra, regresa este sábado por primera vez como rival a Pasarón, donde coincidirá con Moncho "Va a ser muy especial por todos los recuerdos", asegura el actual preparador de guardametas del Rayo Mahadahonda
Martín Ragg y Moncho, hace dos temporadas en Madrid. CEDIDA
photo_camera Martín Ragg y Moncho, hace dos temporadas en Madrid. CEDIDA

Llegó de Argentina como un veterano y, desde el principio, se hizo inseparable de un joven pontevedrés que despuntaba por aquel entonces en su mismo puesto. Pese a que ambos competían por colocarse cada domingo bajo el arco granate, precisamente esa competencia se transformó en una amistad que perdura casi 20 años después. Moncho Martínez (Pontevedra, 1980) y Martín Ragg (Mar del Plata, Argentina, 1968) acumulan vivencias dentro y fuera del campo en todo este tiempo, pero este sábado se medirán por primera vez como enemigos.

"Ya se lo he dicho esta semana. El sábado, a cuchillo con él", apunta con humor Moncho, que recuerda que la relación con Martín fue "atípica" desde el primer momento. "Dormíamos juntos en los viajes, íbamos juntos a entrenar, pasábamos muchas tardes en compañía...", recuerda el actual entrenador de porteros del Pontevedra. Y eso, pese a que cuando llegó, Martín le quitó el puesto a Moncho. "Él vino en una situación complicada. Era el mercado de invierno de la temporada 2000-2001 y el entrenador quería un guardameta veterano. Yo estaba jugando y volví al filial", apunta el pontevedrés, que había debutado un año antes con el club granate y, tras ese verano, se convirtió en miembro del primer equipo a pleno derecho (2001-2002).

"Yo no lo considero raro. Llegué ya siendo un veterano y siempre he sido de la misma manera en el vestuario", apunta Ragg, que sí reconoce que la relación entre ambos era y es "muy pura".

Martín Ragg y Moncho entrenando con el Pontevedra. G. GARCÍA (ARCHIVO)Así, pese a que el argentino comenzó jugando, con el paso de las temporadas fue Moncho el que le ganó la partida. "En la temporada 2003-2004 acabé jugando yo y el año siguiente iba a ser así. Pero yo me quedo fuera por un trámite en un partido de Copa en Zalla. Martín hace una actuación "del carajo" y José Aurelio Gay decide que él juegue unos partidos más. Finalmente, yo regresé al once y él lo asumió con naturalidad", explica Moncho, que entiende que mientras "otros no hubiesen reconocido que su compañero está un paso por delante, Martín fue consciente, apoyó y no puso trabas".

Ese fue el último año de Ragg. El argentino se fue celebrando el ascenso del Pontevedra a Segunda División, que vivió desde el banquillo. "Lo dejé a los 35. Ahora lo pienso y creo que podría haber seguido más, aunque fue un lindo final. Pasarón transmitía una energía que recordaba al "Hai que Roelo" y el equipo jugaba muy vistoso, aunque los porteros lo sufríamos porque era todo ataque", expresa.

Ragg: "Pese a la competencia, mi relación con Moncho es muy pura"

Mientras, Moncho disfrutó aquel ascenso "como uno más", aunque una lesión de rodilla le apartó meses antes de un hito que parecía reservado para él. Ese lugar lo ocupó Paco Bazán, fichado para cubrir su baja. "Estuve años peleando y me llegó la lesión cuando lo estaba disfrutando. Aún así, viajé con el equipo en el play-off y coincidió con mi última etapa en la recuperación, por lo que pude estar más 'dentro' del grupo en los entrenamientos", rememora Moncho.

Tras el ascenso, Martín pasó a ejercer de "jefe" del joven meta pontevedrés al convertirse en el ayudante de Gay primero y en el entrenador de porteros después, con la llegada de Argibay al banquillo granate. "Es una persona muy sencilla y la relación no se vio deteriorada", señala Ragg sobre Moncho. "Por supuesto que hubiese querido jugar más, pero en el fútbol los valores están por delante y nunca le achaqué nada a Martín. Él me apoyó siempre, ejerció de 'psicólogo' y, al final, el que toma la última decisión es el entrenador", expresa el excancerbero de la Boa Vila.

Moncho: "Hicimos muchas cosas juntos; en su momento asumió que yo estaba por delante y apoyó"

La etapa granate de Moncho finalizó en 2005. Lo hizo tras lograr debutar en Segunda División con el equipo de su vida. Martín siguió vistiendo el escudo pontevedrés como miembro del cuerpo técnico hasta "la crisis" del 2011, cuando decidió abandonar la entidad por la entrada de nueva gente en la dirección.

Durante todos aquellos años con Ragg viviendo en la Boa Vila, Moncho aprovechaba las vacaciones para recuperar los momentos con él. Luego el argentino se fue a Madrid y la distancia los separó, aunque los tecnologías permitieron mantener el vínculo formado hace tantos años.

PRIMER REGRESO. Así, Martín siempre ha mirado de reojo hacia Pontevedra. Cuando los granates compiten en Madrid, era habitual verle en la grada si los partidos del Móstoles (club en el que ha ejercido como preparador de porteros hasta este verano) no coincidían en hora. Este sábado será su primer regreso al césped de Pasarón. Lo hará, además, con otro escudo. "Es ilusionante. He vivido muchas cosas ahí. Ojalá me encuentre con mucha gente", expresa el argentino.

Por su parte, Moncho espera un gran recibimiento al argentino, ya que "es uno de los grandes nombres de la historia reciente y gloriosa del PCF". Aunque este sábado, la amistad será secundaria.

Más en Deporte Local Pontevedra
Comentarios