"En los fallos en la salida de balón o de marcaje los equipos te castigan y te dejas puntos. Este año no vamos sobrados, como íbamos el año pasado y no va a ser nada fácil. Si no queremos sufrir y poder estar tranquilos tenemos que evitar esos errores para poder sumar y mejor si es de tres en tres". Son las palabras de Brais Abelenda analizando la mala dinámica de un Pontevedra que acumula cinco encuentros sin ganar y que ante el Celta B salvó un punto en su peor partido de la campaña.
El dubrés, siempre sincero, reconoce que al equipo granate le está costando más este curso, ya que el nivel de los rivales es superior. Y los fallos -que también se cometían la pasada temporada e incluso de manera más grotesca-. Sin embargo, pone el énfasis de atención en esos errores como fórmula para recuperar la buena senda a través de la que el equipo pontevedrés sí pareció transitar en los primeros encuentros de la temporada.
Y es que para Brais la receta para volver a coger aire es tener "tranquilidad" porque todavía "quedan 30 partidos". "Las dinámicas negativas cuesta romperlas. No es una final, pero tenemos que mejorar para sacar los tres puntos en León", dijo Abelenda sobre el próximo duelo del equipo lerezano, que será el próximo sábado 22 de octubre a partir de las 19.00 horas. A ese choque, la Cultural llegará en la zona media tras haber sumado 12 puntos de 24. Sin embargo, el equipo leonés rompió ayer en Alcorcón su racha de dos victorias consecutivas al caer por un merecido 2-0 gracias a dos tantos de Álvaro Bustos.
Pero para triunfar en el Reino, antes el equipo debe asumir la mala imagen ofrecida el pasado sábado y trabajar para corregir aspectos sin balón y, sobre todo, a nivel ofensivo. Así lo reconoció el vestuario en sus manifestaciones públicas tras el derbi. Y es que en un día en el que Antonio Fernández apostó por un once con un centro del campo de tres hombres pero dos extremos que no fueron tal, el equipo se sintió más cómodo cuando recuperó las dos referencias ofensivas de banda.
"En la primera nos costó bastante, no nos encontramos nada cómodos con balón ni sin balón. En la segunda parte estuvimos un poco mejor, con la entrada de gente rápida por banda, sus carrileros ya no saltaban con nuestros laterales y estaban más metidos atrás", apuntó Abelenda a este respecto.
La profundidad
"Con más profundidad y velocidad hemos podido hacer un poco más de daño que con el juego combinativo", destacó Oier Calvillo, uno de los futbolistas que ayudó a cambiar el guion del encuentro desde esa profundidad y amenaza que otorgó por el carril diestro.
Así, para el extremo vasco la clave fue que el equipo "apretó". "Estábamos apretando, volcados, más convencidos que ellos. Además la afición estaba empujando y estábamos en una buena dinámica. Habría estado bien que el partido durase un poquito más", se lamentó el ex de Osasuna B, que recalcó que "al final del partido" el Pontevedra "estuvo mejor que el Celta B".
También quiso recalcar los méritos del equipo el capitán. Para Álex González, la clave del empate del equipo fue que el PCF logró ser "más agresivo" y "se volcó en ataque". "Íbamos perdiendo 0-1, pero el equipo creyó que le podía dar la vuelta y hasta el final confió en que podía ganar el partido", añadió González en unas palabras que inciden que, más que una mejoría futbolística como tal –que sí–, fue la fe y un error del filial el que dio frutos al PCF.
