El Pontevedra es el equipo del Grupo I que más veces centra por partido

Los casi 24 centros de media esta temporada ascienden a más de 28 en Pasarón, donde los rivales se sobreprotegen para no sufrir
Álex González es, junto a Oier Calvillo, el futbolista del Pontevedra que más centros ejecuta por partido. ADG MEDIA
photo_camera Álex González es, junto a Oier Calvillo, el futbolista del Pontevedra que más centros ejecuta por partido. ADG MEDIA

Las bandas dan la vida al Pontevedra. Y es que el conjunto granate ha encontrado en su capacidad para profundizar por los costados y producir centros al área su particular maná.

El PCF se alimenta de los envíos desde los carriles exteriores, donde ningún otro equipo del Grupo I de Segunda RFEF es capaz de generar tanto volumen de peligro como el cuadro dirigido por Ángel Rodríguez.

Y es que el bloque pontevedrés es, de largo, el conjunto que más centros ejecuta por encuentro: casi 24 (23,8). La cifra es tremendamente superior a la de sus competidores, ya que tan solo el Coruxo (18,7) es capaz de superar los 17 envíos laterales por partido, según datos ofrecidos por Wyscout.

El Palencia Cristo Atlético (16,6), el Leganés B (16,4) y el Arenteiro (16,2) son los otros conjuntos que más peligro son capaces de generar desde los costados. En el caso opuesto se sitúan conjuntos situados en la zona alta como el Unión Adarve (11,3) o Navalcarnero (10,8), que no basan su ofensiva en una gran producción de centros para ser rematados, pero están encontrando la pólvora suficiente como para ir sumando puntos con regularidad.

El hábito granate está más que justificado teniendo en cuenta el estilo de delanteros que posee en su plantilla. De este modo, no es de extrañar que el equipo pontevedrés haya marcado 11 de sus 19 (el 58%) a través de remates precedidos de un centro lateral.

Ante el Navalcarnero el PCF mantuvo su media de centros, pero no encontró remates directos salvo en balones parados 

Charles ha materializado ocho tantos en total, de los cuales seis han llegado al primer toque como remate de un centro. De ellos, cinco han sido con la cabeza. Mientras, Rufo también ha sumado dos dianas gracias a hacer buenos los envíos desde el costado de Abelenda y Seoane.

Aunque si hay dos grandes centradores en el PCF, esos son Álex González y Oier Calvillo. Ambos futbolistas promedian siete o más centros cada 90 minutos, unas cifras que le sitúan muy cerca de las totales que producen equipos al completo como el Salamanca (10,2) o el citado Navalcarnero.

En total, y pese a jugar de extremo, el capitán del Pontevedra sobresale en esta faceta con 59 centros, de los cuales el 35% son precisos. El porcentaje de éxito es también notable para el cántabro, ya que lo habitual es que en torno a uno de cada tres envíos encuentren a un compañero.

Mientras, pese a su irregularidad en cuanto a las participaciones, Calvillo está siendo otro de los hombres decisivos en este aspecto. Sin contar balones parados sacados de manera directa, el vasco suma 7,7 centros por 90 minutos jugados, con un acierto del 37%.

Problema. Sin embargo, los rivales ya han detectado el origen del maná granate y trabajar para cortar el suministro. Un ejemplo de ello fue el Navalcarnero el pasado domingo.

El conjunto madrileño llegó a Pasarón con una línea de cinco defensas y otra de cuatro centrocampistas por delante con mucha tendencia a bascular para acumular ayudas en los carriles exteriores.

La intención era clara: no permitir que el PCF progresase por fuera. Así lo reconoció su técnico, Pablo Álvarez. Y así se salió: los laterales apenas pudieron encontrar situaciones de uno para uno, mientras que Abelenda y Rubio tampoco tenían espacio para recibir entre líneas o hacer desmarques hacia fuera y recibir en situación de extremos.

De este modo, el Pontevedra fue capaz de poner 28 centros, una cifra que concuerda con su media de envíos cuando juega en Pasarón (28,3). Pero tan solo aquellos que llegaron a partir de una acción a balón parado sacada en corto encontraron al compañero en situación de remate. Así pudieron marcar Churre, Charles y Rubio.

Con el rival sobreprotegido y sin Rufo, el PCF no encontró continuidad por fuera ni referencias en el área y aprendió la lección: las bandas son su maná, pero no siempre se puede uno alimentar de lo mismo.

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