El campo de Barreiro ya no es territorio maldito para el Pontevedra

Con su victoria ante el Celta B el pasado curso, el Pontevedra rompió una racha de ochos años sin ganar al filial en su casa
Pedro Vázquez persigue el balón en el partido de Barreiro del pasado curso. GONZALO GARCÍA
photo_camera Pedro Vázquez persigue el balón en el partido de Barreiro del pasado curso. GONZALO GARCÍA

Hasta hace unos meses, el Campo de Barreiro era un territorio maldito para el Pontevedra. La casa del filial del eterno rival ejercía como contexto negativo para el equipo de la capital de la provincia. Si estar condenado a competir contra el B de su eterno rival no fuese suficiente castigo, el bloque pontevedrés era incapaz de sumar tres puntos cada vez que se dejaba caer por el barrio de Lavadores. 

Hasta el 2019, el PCF encadenó ocho años (en no todos jugó en Vigo) sin ser capaz de vencer al Celta B en su casa. Lo que en la década pasada se había convertido en algo habitual, ya que el cuadro de la Boa Vila venció hasta en cinco ocasiones (varias goleadas), en los últimos años era una utopía. Porque el cuadro de la ciudad de Lérez no vencía a los celestes desde el 2011, justo la temporada en la que acabó bajando. 

En Segunda B, el filial celtiña fue capaz de vencer al Pontevedra en dos ocasiones desde la citada fecha y empatar en otra. En el regreso del equipo granate a la categoría de bronce (2015-2016), un tanto de Mouriño puso la igualada en el marcador, tras un partido en el que los foráneos fueron inferiores.

Los granates no ha perdido contra Montes en Segunda B

Un año después, el cuadro celeste venció por la mínima (1-0) al Pontevedra pese a jugar buena parte del partido con uno menos. El bloque dirigido por Alejandro Menéndez acabó saliéndose de la tabla junto con Cultural y Racing, pero el PCF también terminó cuarto. 

Mientras, en la campaña 2017-2018, Celta B y Pontevedra se estrenaron en liga enfrentándose en Barreiro. En un partido matutino de domingo de agosto, los celtiñas anotaron en el primer minuto (Drazik) y en el minuto 81, Brais Méndez pareció sentenciar. Pero entonces, un gol de Añón puso emoción al duelo y en el añadido, Mouriño perdió la oportunidad de dar el primer punto del curso al Pontevedra. 

Antes del 2010, Barreiro era propicio para el PCF, que logró varias goleadas

El año pasado, todo cambió. Con un equipo luchando por el play-off y un Celta B pensando en no bajar, el excéltico Borja Domínguez rompió la maldición. 

Pero si el PCF tenía dificultades para enfrentarse al Celta B en Barreiro, lo mismo puede decir el técnico celeste, Jacobo Montes, con respecto al equipo de la Boa Vila. El preparador redondelano venció al bloque granate en Pasarón, en Tercera, con el Choco. Pero desde entonces, no sabe lo que es ganarle. Como primer técnico, con el Coruxo, se han medido en tres ocasiones, con un balance de un empate y dos derrotas.

El partido marca el futuro
La destitución de Luismi Areda el pasado lunes ha provocado una situación de inestabilidad en el banquillo granate. Sin sustituto cerrado en el momento del cambio de entrenador, estos días han servido para que la dirección deportiva granate avance en las gestiones con total secretismo para contratar a un preparador dentro de esa lista de 18 nombres que Lupe Murillo anunció que estaba encima de la mesa.

Sin embargo, según avanza el tiempo, crece la posibilidad de que sea Jesús Ramos quien finalmente se haga cargo de forma no interina del banquillo del Pontevedra Club de Fútbol. El que fuera segundo técnico de Luismi desde su etapa en los juveniles granates y todavía actual coordinador de la base de la entidad es un hombre de club y una apuesta personal del actual consejo para el organigrama del club.

Asimismo, durante los primeros entrenamientos de la semana, Ramos, que posee el título que le permitiría ser el dueño del banquillo granate durante el resto de temporada, ha apostado por introducir matices particulares a lo que Luismi venía trabajando. En este sentido, no sería extraño que el nuevo técnico apostase por varios cambios en el once titular e incluso por una modificación del dibujo.

Así, teniendo en cuenta que Ramos está tratando de imponer su propio sello, un triunfo en Barreiro acrecentaría las opciones de que el Pontevedra apostase definitivamente por él, como ya hizo con Luismi hace menos de dos años.

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