Piragüismo

Bronce pontevedrés mundial

Pablo Crespo y Diego Piñeiro consiguen el tercer puesto en C-2 júnior en el Mundial de Maratón de China. Ambos debutaban por primera vez en una prueba internacional
Diego Piñeiro (izquierda) y Pablo Crespo (derecha) tras ganar el bronce en el mundial. CEDIDA
photo_camera Diego Piñeiro (izquierda) y Pablo Crespo (derecha) tras ganar el bronce en el mundial. CEDIDA

Los palistas de la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra, Pablo Crespo y Diego Piñeiro, consiguieron ayer el bronce en C-2 de la categoría júnior en el Mundial de maratón celebrado en Shaoxing (China). Los dos jóvenes llevan compitiendo como pareja de embarcación cerca de tres años. Esta es, probablemente, una de las razones por las que los pontevedreses jugaron un muy buen papel en su primera competición internacional.

El presidente de su club comentó que "fueron tranquilos toda la competición, consiguiendo mantener el ritmo, con un poco de nervios al principio, lógicamente, porque era su primer debut en una prueba internacional". Pero la buena salida que Pablo y Diego tuvieron sirvió para que no bajaran la guardia en ningún momento.

Los dos pontevedreses debutaron por primera vez en un mundial tras tres años compitiendo como pareja de embarcación

Durante los cinco porteos en los que se dividía la categoría júnior, los pontevedreses se mantuvieron en el tercer puesto, tratando de recortar distancia con los dos primeros, sin bajar el nivel. El primero y el último porteo fueron los mejores de los pontevedreses, en los que estuvieron cerca de adelantar su posición, quedándose a veinte y treinta segundos, respectivamente, de los que iban por delante.

Finalmente, terminaron con un tiempo final de 1:27.54, a tan sólo 26 segundos de los segundos y un minuto y cuatro segundos de los primeros. El Ciudad de Pontevedra conseguía así el bronce mundial de la mano de esta dos jóvenes promesas. Pablo y Diego no fueron los únicos gallegos que triunfaron en el mundial y es que los grovenses Diego Romero y Tono Campos consiguieron el oro en sénior C1, tras un buen sprint final con un tiempo de 17m y 17s y la plata con 16m y 18s, respectivamente. Antonio Palmas, de Vilaboa, por su parte, finalizaba en el puesto 16 en sénior K-1.

La tranquilidad y una buena salida hizo que los palistas mantuvieran la tercera posición que les daría el bronce

Las medallas de los gallegos se suman a las conseguidas para España por Irati Osa, bronce en maratón en K-1, Eva Barrios, bronce en K-1 femenino y Celia Toledo, otro bronce en K-1 júnior. El buen papel de Pablo Crespo y Diego Piñeiro en el mundial hace que tanto el club como los deportistas miren hacia próximos retos del futuro.

El presidente del Ciudad de Pontevedra afirma que "la idea es que el año que viene, aun que va a ser más complicado porque son sénior, sigan manteniendo este nivel y se preparen los próximos selectivos, que yo creo que ellos se van a enfocar más por el maratón, que es lo que a ellos más les encaja".

Cuando se notan los genes
Si es cierto que los hijos se parecen a sus padres, Pablo Crespo es uno de los mejores ejemplos de ello. El joven palista tiene una muy buena razón para haberse coronado tan joven en un mundial y es que tiene en casa a dos leyendas del piragüismo que parecen haberle trasmitido la pasión por este deporte.

SU MADRE
Ana María Penas Balchada hizo historia al convertirse en la primera gallega en disputar tres Juegos Olímpicos: Barcelona 92, Atlanta 96 y Sídney 2000. La pontevedresa consiguió acumular nueve medallas mundiales entre 1997 y 2001, seis bronces y tres platas, coronándose como una de las mejores deportistas de la época.

SU PADRE
José Manuel Crespo Villanueva participó por primera vez en unos JJOO en Atlanta 96, en C1 500 y 1000 metros, consiguiendo el cuarto puesto en semifinales. El gallego volvió a repetir la experiencia en Sídney 2000, completando su larga lista de éxitos con numerosas competiciones nacionales e internacionales.

ORGULLO
Ver cómo un hijo sigue sus pasos en un orgullo para cualquier padre y más en el caso de Pablo, que en su primer mundial consiguió un tercer puesto. José Manuel Crespo llegó a bromear con sus amigos, presumiendo de que su hijo hizo un mejor debut que él en su momento.

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