"Yo resido en Japón y trabajo allí, así que tengo que regresar allí. No sé si tomarán algún tipo de medida o lo que va a suceder. En cualquier caso, yo no voy de vacaciones allí, voy a mi puesto de trabajo". El que así habla es el entrenador de fútbol sala Bruno García (Ferrol, 6-6-1974), seleccionador de Japón y que en su día llevó al Leis a la Primera División, un hombre que conoce de primera mano todo lo que se va a suceder en España a causa de la crisis provocada por el coronavirus. No en vano, lo de ahora en España ya lo ha vivido en Japón.
García, que este lunes regresó de viaje a Tokio tras pasar unos días en Ferrol a causa del fallecimiento de un familiar, conoce bien Japón, país que ha vivido tradicionalmente al lado de los desastres, los de la guerra (Segunda Guerra Mundial y las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos contra Hiroshima y Nagasaki) y los naturales, desde terremotos devastadores hasta brutales maremotos o, actualmente, la desgracia del coronavirus, que también ha atacado con fuerza al país del sol naciente. El seleccionador nipón da un esperanza para los españoles ante la grave situación actual y pone el ejemplo de Japón, donde se empieza a vivir con cierta normalidad. "Los expertos hablan de picos. Allí ya se ha pasado ese pico y se está retornando a la normalidad. Allí la federación (japonesa de fútbol sala) lo tenía todo cerrado y nos van diciendo que las secuelas se van a seguir notando", explica.
Bruno García comenta las diferencias entre Japón y España, en general, y también respecto a la forma en que ambos países han afrontado la desgracia de la epidemia detectada primeramente en la ciudad china de Wuhan. "Japón es un país con una educación cívica y social tremenda. Por desgracia para ellos, los japoneses han vivido muchos desastres naturales, con lo que están muy sensibilizados, muy preparados, y la verdad es que lo atajan todo con mucha rapidez. Tienen mucha anticipación, ellos tomaron medidas desde el principio (contra el coronavirus) y lo que se está viviendo ahora aquí (en España y en Galicia), esta cuarentena, en Japón no llegó a ser tanto porque tomaron medidas mucho antes; nunca se llegó al estado de prohibición de estar en la calle, todo lo que congregaba un número de personas se paró desde hace ya unas tres semanas. También es verdad que tenían un foco muy centralizado, que era el crucero "Diamond Princess". No lo dejaron atracar y se quedó en la bahía de Yokohama. Ellos atacaron ese foco y tomaron las medidas a nivel nacional, no solo en Tokio. Ahora, ya de manera progresiva, van decreciendo las medidas y se va a una tendencia normal", comenta.
El exentrenador del Leis (temporada 2006-2007) detalla la forma en que el Gobierno de Japón permite, o no, a los extranjeros entrar en el país en una situación puntual como es la crisis del coronavirus. "Lo que hacen es que dependiendo de los países de donde proceden los viajeros toman una u otra decisión. Por ejemplo, hace dos semanas era Corea, China e Italia los países sobre los que se extremaba el control de tránsito", dice el entrenador ferrolano, que en su caso podrá entrar con normalidad en Japón porque es un trabajador en dicho país, donde vive desde el año 2016.
Ascenso a Primera
El primer gran éxito de García Formoso fue el ascenso a Primera División con el Leis Pontevedra, al que dejó al final de esa temporada 2006-2007 para recalar en el Prone al que mantuvo en la máxima categoría durante seis cursos antes de saltar al fútbol sala chino (Changchun y Zejiang) y al vietnamita (Thai Son Nam).
EL DÍA A DÍA. Por lo demás, Bruno García explica su día a día cotidiano en el país del sol naciente antes de que la crisis del coronavirus obligara a cambiar los hábitos.. "Viajo mucho, vivo en Tokio, pero me muevo por todo el país. Lógicamente, siempre voy acompañado de un intérprete. Normalmente hablo inglés y así es como me comunico con la gente de la federación, luego el intérprete me ayuda en los entrenamientos y en otros aspectos necesarios. Esto es algo clave cuando vas a entrenar al extranjero, con países de idiomas más complicados para hacerse con ellos. Yo puedo hablar alguna frase, pero una conversación necesito de un intérprete que me ayuda en el día a día", finaliza el que fuera entrenador del Prone durante cinco temporadas.