El encuentro contra el Barça fue algo más que una fiesta de balonmano para el Club Cisne y es que en dicho partido debutó en la máxima categoría el primera línea Bruno Vázquez. Lo hizo 101 días después de lesionarse y seis meses después de su último partido con la camiseta blanca . Además, fue para él un debut en diferido... un estreno que más bien lo ha remontado al año 2020.
Y es que el vigués fue protagonista de uno de esos caprichos del destino. De una de esas situaciones que tienen bajas posibilidades de ocurrir, hasta que ocurren. Bruno Vázquez jugó el pasado domingo sus primeros minutos en Asobal, lo hizo tras una lesión de rodilla que en pretemporada lo alejó del equipo, pero lo más significativo es que este estreno llegó frente al Fútbol Club Barcelona, el mismo equipo ante el que iba a debutar hace dos años cuando una lesión le alejó del sueño.
"Fue un día especial. No había podido debutar hace dos años, llevo meses lesionados y recuerdo que en la primera temporada en Asobal iba a debutar contra el Barça, me lo habían dicho, y justo esa misma semana me lesioné y no pude debutar", explica el primera línea blanco que asegura que "que mi vuelta haya cuadrado este año contra el Barça es cuanto menos algo curioso, pero estoy muy feliz".
Y es que el canterano tilda como un capricho del destino su vuelta. Vázquez -que se lesionó el martes de la tercera semana de pretemporada del equipo- hubiese deseado poder volver antes, poder cumplir las seis semanas de recuperación que se habían determinado en un principio y ayudar a su equipo durante la primera vuelta, pero su destino era otro.
"Lo cierto es que el lunes pasado estaba hablando con Sergio Rey y Javi Márquez; y Rey me decía que me veía bien, que tenía que empezar a hacer cosas y meterme en los entrenamiento con el resto del grupo", explica el jugador vigués que sin embargo confiesa que "mis sensaciones en la rodilla me hacían estar seguro al 95% de que no iba a ser capaz de volver antes del parón de navidad". Pero la historia necesitaba un protagonista que tuviese un final feliz y llamativo y "el martes empecé a entrenar con el equipo y las sensaciones fueron sorprendentemente buenas y, pese a que solo pude hacer tres entrenamientos, pues pude jugar".
Jugar ante un todopoderoso Barça, dar un golpe a la historia y remontarse mentalmente dos años atrás para cambiar las sensaciones de aquella semana de 2020, en la que una lesión alejó a Bruno Vázquez de debutar en la máxima categoría, una revancha que se ha cobrado a lo grande. No solo por poder disputar sus primeros minutos en la élite, si no por haberlo hecho en el mismo partido y contra un equipo ante el que todo el mundo quiere jugar, pese a que el final del mismo ya suele estar escrito.
"El lunes estaba seguro que no podría volver antes del parón. El martes entrené y las sensaciones fueron muy buenas", afirma el cisneísta
Sin nerviosismo, sin miedo y solamente "con las ganas de disfrutar metidas en la cabeza". Así afrontó el encuentro ante el Barcelona en el cual "cumplí un sueño". "Cuando empecé a jugar al balonmano siempre iba a ver los partidos de Asobal y soñaba con poder llegar a jugar ahí", explica el cisneísta que, tras 101 días lesionado, seis meses sin jugar un partido y después de que una lesión le alejase de su sueño, ya puede decir que ha disputado sus primeros minutos en Liga Asobal y, además, con buenas sensaciones.
Otra de las partes buenas de disputar sus primeros minutos ante el Barça fue que «la idea era jugar unos minutos para poder meterme en competición y no tener que afrontar el debut en un partido clave como el de Guadalajara». Ahora el primera línea se centra en seguir cogiendo sensaciones, finalizar la primera vuelta y aprovechar el parón para "recuperar la forma ya que, pese a que estuve muchas horas en la bicicleta, he perdido mucha masa muscular".
Bruno Vázquez vivió el domingo su debut en diferido después de que un capricho del destino le hiciese recuperarse de su lesión para saldar una cuenta pendiente con la historia.
