Kevin Presa anunció el pasado domingo que el Pontevedra estaba jugando con fuego. "Hemos remontado y el equipo ha sabido reaccionar. Una vez más, ha demostrado que no se viene abajo aunque empiece perdiendo un encuentro. Sigue empujando hasta el final, pero eso no puede convertirse en una tónica. Pasó hoy (por el domingo), pasó contra el Navalcarnero, pero al final habrá un día en que no seamos capaces de empatar y se nos vaya el partido".
El centrocampista ponteareano dejó claros una virtud y un defecto del Pontevedra Club de Fútbol. La virtud: su capacidad de resurgir de sus cenizas, y el defecto, su mal hábito de perder el primer tiempo sin acumular méritos para marcar y acabar viéndose por debajo en el marcador, condenado a afrontar una remontada.
Es pronto para establecer un patrón de conducta y asegurar que el Pontevedra estará toda la temporada por debajo en el marcador. También es prematuro asegurar que las remontadas son una de sus especialidades. Pero en este comienzo de la Liga 2018-19 es lo más frecuente.
De hecho, el once que dirige Luismi ha empezado perdiendo en tres de los cuatro enfrentamientos que ha disputado hasta el momento. Cuando menos, ha pescado puntos en dos de ellos.
El Pontevedra ha tenido el marcador en contra durante 101 minutos y a favor durante 37 en los primeros cuatro partidos
UNA DERROTA. La única experiencia traumática al respecto fue la derrota contra el Unionistas de Salamanca, en la primera jornada. El bloque pontevedrés no ofreció una buena imagen y perdió ante el bloque charro por 1-0. Fue incapaz de reactivarse tras verse por debajo en el tanteador.
Después llegó la victoria ante la Cultural Leonesa, in extremis, por 2-1. Fue un resultado que dio mucha vida al conjunto que prepara Luismi.
Los últimos 10 días han sido de remontadas. Resulta paradójico: en toda la campaña pasada, con Luismi al frente del barco, el PCF nunca había sido capaz de igualar o voltear un tanteador adverso. En este ejercicio, en una semana lo ha logrado en dos oportunidades.
El Pontevedra se vio por debajo en el electrónico en la segunda mitad contra el Navalcarnero. Pero volvió a la vida gracias al gol de Arruabarrena y a los cambios introducidos por Luismi. (1-1).
Contra el Valladolid B se volvió a repetir el mismo patrón de conducta. Con el resultado en contra al final del primer tiempo, el bloque fue capaz de irse a por el partido en la segunda mitad, especialmente en el tramo final del enfrentamiento, lo que le permitió equilibrar el envite (1-1).
Los cambios de Luismi fueron muy relevantes en los empates que su equipo logró ante el Navalcarnero y el Valladolid B
Otra vez, los cambios introducidos por Luismi en la segunda parte fueron tan productivos como ineficaz la alineación inicial.
Hasta la fecha, el Pontevedra ha estado más tiempo por detrás de su rival que ganando. En los minutos de Liga que se han disputado hasta el momento, el bloque de la ciudad del Lérez acumula solo 37 minutos con el marcador a favor, 101 con él en contra y 237 con el partido empatado.
No se puede decir que no le haya sacado rendimiento a su capacidad de reacción frente al mal hábito de empezar los partidos perdiendo.
El Internacional, el club con el nombre más largo del fútbol español
El Internacional es el rey del empate en el comienzo de la campaña de Segunda B. El próximo rival del Pontevedra (Municipal de Boadilla, domingo, 12.00 horas) ha igualado cuatro de los cinco duelos oficiales que ha disputado en la actual campaña. Solo ha ganado uno, el último, suficiente para ocupar la zona media de la tabla de Segunda B y recibir a la escuadra de Luismi por delante de ella en la clasificación.
El cuadro madrileño, fundado por una serie de empresarios de la zona en 2002, puede presumir de ser el que tiene el nombre oficial más largo de todo el fútbol español: Sección de Acción Deportiva Club de Fútbol Internacional de Madrid Deportes Sociedad Limitada. Aquí le llamaremos Internacional.
