CARLOS POUSO

Carlos Pouso: "Se están haciendo cosas bien para subir, pero hay que ser pacientes"

Roberto Feáns le llamó a finales de octubre para que se hiciese cargo del vestuario granate y aportase 'mano dura'. Pero en mes y medio como entrenador del Pontevedra, el preparador vizcaíno ha demostrado que es mucho más que carácter. Carlos Pouso visita la redacción de Diario de Pontevedra para hacer análisis de su corto tiempo en Pasarón
Carlos Pouso, en el banquillo de Pasarón. DAVID FREIRE
photo_camera Carlos Pouso, en el banquillo de Pasarón. DAVID FREIRE

LLEGÓ A PRINCIPIOS de noviembre y en sus primeras semanas ha dejado su sello humano y futbolístico. Carlos Pouso (Leioa, Vizcaya, 1960) se va de vacaciones de Navidad analizando el presente y futuro del Pontevedra.

¿Qué balance hace de estos primeros meses en Pontevedra?
Bien, cómodo. He sido bien recibido y la verdad es que estoy encantado. Me gustaría que al menos la gente que tengo a mi alrededor estuvieran al menos la mitad de contentos conmigo de lo que yo estoy con ellos. La actitud de los jugadores, la disposición del club en cuanto a medios... La verdad es que no puedo decir de momento nada malo.

¿Ha percibido que se ha convertido en un referente para la afición?
No, Dios me libre. Yo lo que sí he visto es que los últimos días la gente estuvo muy animosa, dentro de lo que tú puedes percibir. Pero yo asumo mi rol con naturalidad: la gente viene a ver al Pontevedra esté Pouso u otro. Y la ver al futbolista, no al entrenador pegando voces desde el banquillo. Los protagonistas son ellos.

¿Nota que la gente no está del todo enganchada al equipo?
Mi experiencia me dice que si das, ellos te devuelven con creces. Hacer un llamamiento a la afición si nosotros no damos... No, no. Con nuestro juego, nuestra idea, nuestra entrega, nuestra animosidad somos los que nos tenemos que ganar a la afición para que en el boca a boca se diga: Oye, que el Pontevedra juega muy bien. Cómo lucha y cómo pelea. Si no das, ¿qué coño esperas?

¿Le recuerda el Pontevedra en algo a clubes como el Mirandés o el Logroñés?
Es un club con más historia. El Mirandés es un histórico pero en categorías menores. El Logroñés no tiene nada que ver con aquel que está intervenido. El PCF ha tenido sus fases de descapitalización porque hubo problemas económicos, pero con una afición que sigue siendo fiel. Igual menos numerosa, pero percibes que hay ambiente de fútbol. Además. con un estadio precioso que ojalá podamos llenarlo. Al final, lo que es en el día a día, el Pontevedra es muy similar a Logroñés, Mirandés o incluso Guijuelo, que era más modesto. Estás en una categoría en la que no necesitas tantos recursos. Que un día llegues y haya un calcetín roto o te tengas que duchar con agua fría es normal. Igual en Primera montan un pitoste de mil pares de pelotas. Aquí no. Al final todos venimos del barro y no nos asusta.

Cuando Pouso coge el equipo se habrá marcado una hoja de ruta. Al menos hasta diciembre. ¿Se ha cumplido?
No es lo mismo coger el tren en marcha que ponerlo tú en funcionamiento. Yo me tengo que ceñir a ir aterrizando, optimizando los recursos y dando puntaditas puntuales de lo que yo considero que es mejorable. Pero cuando tú no has hecho la plantilla, debes adaptarte tú más a ellos que ellos a ti. No puedo hablar de porcentajes. Pero sí puedo decir que la adaptación va muy bien. A mí el equipo me da buenos síntomas, aunque luego llegues a un partido puntual y hagas el canelo. Pero tengo algo claro: el vestuario cree en lo que estamos proponiendo y lo trata de llevar a cabo. En ese aspecto estoy muy contento. Aún así, todo es mejorable. No hay nada en lo que estaré nunca satisfecho.

Entonces, ¿qué le falta para que Pouso diga: este es mi equipo?
Algo más de tiempo. Joder, van a decir: Otro que viene con el mismo rollo. Es que si no eres Harry Potter, hacer de una señal de tráfico un central mejor que Churre, jodido. No creo en esas cosas.

Al principio de la temporada, la presidenta habló de ascenso.
Sí, lo he oído. Y me lo habéis recordado (risas).

Pero, ¿lo ve factible?
Yo no puedo contradecirla. Si ella dice ascenso, yo tengo que trabajar por llegar a las posibilidades de disputar el ascenso. Si ella lo ha dicho... Yo no puedo hablar de junio, porque igual ya no estoy. Yo voy a ir tratando de ganar semana a semana. Porque tengo contrato hasta junio, pero revisable en la junta de los lunes. Lo que pone en el papel no vale. Porque si la directiva percibe algo que no le gusta, te manda a tomar por el saco. Y si yo no estoy cómodo, diré: Hasta aquí hemos llegado. No me pagues más que hasta hoy. No tengo ningún problema en ese aspecto.

Entonces, ¿qué se le puede exigir a este Pontevedra?
Seguir progresando. Ganar el próximo partido. Los entrenadores tenemos que ser así de cortoplacistas. No nos dan vida para más. Hay entrenadores que lo han hecho genial y de repente... Luismi lo había hecho genial aquí. De repente pierdes unos partidos y se acaba. Es verdad que tienes que mirar mucho el día a día.

Pero usted percibe que el vestuario cree, los resultados se están dando... Es decir, hay una cierta seguridad para pensar en algo más que el presente inmediato.
Igual es que quiero creerlo. Tú sabrás más, que hablas con ellos. Igual dicen: Parece majo, pero es un hijo de puta (risas). A mí me gustaría tener siempre gente como la que hay en el vestuario. El hecho de remontar partidos como lo hemos hecho, no es casualidad. Significa que hay vidilla, que creen.

¿Nota que el equipo cree más que antes? ¿Se lo dicen?
No hace falta. No quiero que me calienten los oídos, sino que me lo demuestren. Se suele decir que el halago debilita. Sí, si te lo crees. Como yo no me lo creo, no me va a debilitar en absoluto ni me va a apartar un ápice del camino. Siempre hacia delante. Para atrás, ni un paso. Siempre mirando a los costados y con la espalda cubierta. Porque esto es como la política, donde se dice que no hay que tener miedo a lo que está enfrente, sino a lo de detrás y a los costados. No es mi caso: yo estoy encantado con lo que tengo alrededor. Desde Secre, hasta Jesús, pasando por Moncho, Manu, Miguel, Tomé... Todo genial. Me da la impresión de que me han recibido bien. Dentro de mi exigencia, soy ligeramente fácil de llevar. Ellos saben que muy en el fondo tengo buen corazón (ríe).

¿Ve que aquí hay un caldo de cultivo para regresar a Segunda a medio plazo?
Hablábamos antes de la afición. En la Liga de Fútbol Profesional, la cuota de socio no importa tanto. Pero en Segunda B sí lo es. Esos recursos que generan tener más socios –que los tenemos que ganar-, sí son importantes. Y no los debes perder cuando subas a Segunda. Porque como te pagan mucho, abandonas un poco al socio. En Segunda B, para hacer un presupuesto acorde a la categoría para luchar por el ascenso hace falta ese dinero que solo tienes capacidad para generarlo tú, con tu gente. Hay que poner el culo en la esquina y mimar a los socios. Claro que se puede en Pontevedra. Es una ciudad futbolera. Y sí que me ha sorprendido que Pasarón está más vacío de lo que yo estaba acostumbrado. Algo de culpa tendremos los que estamos en el verde. Entonces, falta un pasito más para que el PCF pueda ser un top de la categoría. Seguro. El Pontevedra es un club solvente y que está tapando una deuda anterior. No sería bueno que venga el típico mecenas que diga: Voy a meter dos millones los próximos dos años, pero hay que subir y sino me voy. Esos barros dejan lodos. Todo se tiene que basar en una buena gestión. Y luego, en conseguir cosas a nivel deportivo y mantenerse. El Eibar, por porcentaje de socios, es un club de Segunda B. Ya, pero bájalo tú de Primera ahora. Ahorran todos los años millones de euros porque rentabilizan todo. La gente habla del milagro del Eibar. No, yo que lo he vivido es un trabajo de hormiga, de un montón de años. Y lo mismo el Mirandés o el Numancia. Hay clubes que todos ponen como ejemplos, pero no los imitan nunca. Y los que los imitan son los que al final salen a flote. Yo en el Pontevedra intuyo una cosa de esas, pero hay que tener paciencia. Conmigo o sin mí, se ha de conseguir.

¿Se ve más años en Pontevedra?
A mí me gustaría verme vivo mañana. No quiero pensarlo. De verdad, que nadie lo tome a mal. Yo soy hombre de proyectos. Eso que quede claro. Podría haber exigido renovación por objetivos, pero no. Yo no necesito un papel. A mí la confianza me la demuestran mirándome a los ojos con el día a día. Y cuando Lupe me diga Carlos, me has fallado y te tienes que marchar, le daré dos besos, un abrazo y hasta luego Lucas. Hasta ese momento, estoy encantado aquí y no me planteo otra cosa. De hecho, una de las discusiones del contrato era el miedo de que yo durante la temporada pudiese tener una oferta. La cláusula de romper el contrato por mi parte es bastante más alta que la de ellos por despedirme a mí (ríe). No tengo ningún miedo. No me va a venir a buscar nadie. Estuve hasta octubre sin que nadie me llamase, ¡a ver si ahora de repente me va a llamar todo Dios!

¿Qué le pide Pouso al año nuevo?
Comer el turrón lo primero. Y eso que no me gusta. Llevo muchos comiéndome el turrón, porque no me han echado, pero sin comérmelo. Bueno, si Dios quiere, después de las Navidades estoy de nuevo en Pontevedra. A ver, si he hablado de ser ambicioso y de mejorar día a día, es evidente que tienes que tener un respaldo detrás. Pero no me lo planteo. Me centro en el día a día: el vestuario, el instaurar una idea y un estilo... Tienes tantos retos diarios... ¿para qué pensar más allá?

¿Y a los Reyes Magos? Se abre el mercado en enero...
Bueno, Baltasares tenemos, así que algún Melchor o algún Gaspar (ríe). A ver, tenemos una ficha libre y la cubriremos. Puede haber gente que quiera salir. Y luego alguna oferta que tenga alguno y le seduzca. Yo no voy a cerrar puertas a nadie. Lo tengo muy claro. Quiero que esté gente implicada y a muerte. Y si percibo que alguno no lo está, prefiero hablarlo a la cara. Esto me vale para todos, eh. Otros vendrán. A ver, a mí me gustaría seguir mejorando como estamos haciendo con los mismos. Pero no sé si va a ser posible. No solo por nuestra parte, sino por la de los jugadores. Yo intento de tratarlos a todos con el mismo cariño y reprochar las cosas de la misma forma. Pero llevo mucho tiempo en esto y sé que hay muchos imponderables. Odio este mercado. Me gusta el del verano, en el que he podido ir cogiendo mis apuntes y hacer cambios. Algunos vienen de países de por ahí que han entrenado fatal, han cobrado bien y hay que recuperarlos. Los que dejan los demás no son los buenos nunca. Tiene que ser alguien que aporte desde el primer día. No tienes tiempo para decir: Este en dos meses se pone a tono. En dos meses has perdido el tren.

Algo habrá mirado ya.
No tengo ni muy claro en qué llenaría la ficha libre. Tengo la responsabilidad de tomar la decisión y acertar, junto con la dirección deportiva. Hay una buena comunicación. Pero en las últimas semanas me han preguntado y no he querido hablar de eso todavía.

A nivel personal, ¿ha podido ya empezar a vivir la esencia de Galicia?
Es que no he tenido tiempo. El día de descanso de los jugadores no es de descanso para ti. Es difícil dedicarte a conocer. Yo espero que cuando se cierre el mercado, cuando haya visto todos los equipos bien... poder conocer algo más. A mí me preocupa más ahora mismo conocer el Pontevedra Club de Fútbol que Pontevedra ciudad, que conozco y ya sé que es preciosa, pero que me gustaría conocer más en profundidad.

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