La diversión que reflejaba su hermano Hugo durante los entrenamientos de waterpolo cautivó a Carlota González, quien con siete años decidió que quería dejar la natación para iniciarse en esta nueva disciplina. "Veía que él se lo pasaba tan bien que un día le dije a mi madre que quería probar", relata, "y hasta ahora". Lo de la pontevedresa fue un auténtico flechazo con este deporte, del que ahora se erige como una joven promesa. "Cuando empecé era la única chica, solo jugaba con niños", explica, "pero me lo pasaba igualmente genial. Después empezaron a probar otras niñas y ahora ya somos más que ellos".
Una pasión que sigue compartiendo con su hermano: "Es guay porque tienes un referente que te va enseñando sus trucos y te cuenta sus hazañas". Hace cinco años que Carlota se inició en el waterpolo y lo cierto es que se ve "bastante cambiada porque al principio me costaba nadar y nadar todo el tiempo con una pelota más grande que mi cabeza", comenta con humor. Para la pontevedresa, lo más difícil quizás sea "mantenerse elevada. Hay que hacer una fuerza impresionante, estar mirando al balón y atenta a todo. Ejercitas mucho".
La clave para ir mejorando es "entrenar muchísimo". Carlota lo hace tres días a la semana, compaginándose con los estudios, a los que sin duda da prioridad. Con todo, su esfuerzo le valió la pasada temporada su primera convocatoria con la selección gallega infantil, aún siendo ella alevín. "Fue muchísimo más duro de lo que esperaba", confiesa, "pensé que sería un entrenamiento normal, pero no. Aprendes muchísimas más cosas, eso está clarísimo, y mejoras un montón". La diferencia de categoría "se notaba bastante, también eran todas mucho más grandes que yo, pero yo sin miedo y hacia adelante. Así es como se llega". La pontevedresa prefiere ir "poco a poco y después dar el gran paso".
Lo cierto es que le gustaría poder repetir la experiencia autonómica esta temporada "e ir conociendo más gente". Con el objetivo de lograrlo, sigue trabajando en mejorar y perfeccionar su punto fuerte: "Creo que es robar balones o nadar. Como soy pequeña, soy bastante ágil a la hora de meterme entre distintas jugadoras", explica. Para Carlota también es importante poder contar con un equipo sénior que está en la segunda categoría nacional. "Siempre las vemos cuando entramos a entrenar, ellas aún están acabando y a veces incluso jugamos contra ellas. Es impresionante", reconoce.
