El Pontevedra arañó un insípido empate en su visita al Sporting B que, al menos, le sirve para seguir sumando en la segunda fase por la permanencia. En un partido muy poco vistoso, el equipo pontevedrés fue incapaz de vencer en Mareo, aunque logró igualar el tanto inicial del Sporting B al filo del descanso gracias a un penalti forzado y transformado por Charles en el minuto 50.
Arrancó con dudas el Pontevedra ante un Sporting B mandón y muy suelto con el balón. Tanto fue así que a los dos minutos el filial trenzó una jugada que dejó a Lucas ante Cortés. El punta, algo escorado, chutó demasiado cruzado. Fue el primer aviso del conjunto local, que siguió dominando mientras el PCF trataba de encontrarse en el campo.
Poco a poco, el equipo granate -de azul ‘Celta’- fue tomándole el pulso al partido. No dominaba, pero al menos estaba cómodo sin balón, esperando a su rival en un bloque medio que le concedía espacios en zonas poco peligrosas. Así fue transcurriendo el partido, con poco que contar más allá de un remate de córner de Pelayo Suárez, hasta que el Pontevedra fue progresando metros. A base de insistencia, el partido se jugaba cada vez más cerca del área de Christian Joel, que aun así era un mero espectador. Hasta que en un robo adelantado, Álex habilitó a Zabaleta, que puso un gran balón al corazón del área. Ahí apareció Charles, que se inventó un gran giro de cuello para ejecutar un cabezazo con olor a gol. Sin embargo, cuando todo el banquillo visitante cantaba el 0-1, el balón se fue fuera.
Desperdició su única llegada evidente el Pontevedra y en la última jugada del primer tiempo, pecó de pardillo. El cuadro foráneo fue a presionar un saque de banda cerca del área de Joel, pero ningún futbolista visitante logró cortar el balón. Elena progresó por la izquierda ante el desconcierto granate. Ningún futbolista logró hacer falta y el servicio desde la izquierda le llegó a Koné que, a la carrera, definió fácil. Era el 1-0 y ni tiempo dio a sacar de centro.
Debía remontar el PCF si no quería complicarse todavía más la vida en esta segunda fase. Y lo cierto es que salió con esa predisposición de los vestuarios. El equipo dio un paso adelante y pronto encontró el premio. Pablo García le devolvió el regalo al Pontevedra en un envío largo a Charles. El brasileño controló en el área, buscó un sombrero y el lateral levantó temerariamente la mano, que conectó sin querer con el balón. Penalti. El propio Charles asumió la responsabilidad y anotó el empate engañando a Christian Joel. 1-1.
El tanto debería haber dado alas al Pontevedra para la remontada. Pero al igual que en Guijuelo y ante el Covadonga, el equipo dio un paso atrás cuando se vio con un botín que guardar. El choque volvió a trabarse, con el Sporting B intentando llegar a las inmediaciones de Cortés y amenazando únicamente con algún disparo lejano de Gaspar y los de Luisito buscando una contra. El único peligro de los de la Boa Vila llegaba por la izquierda y en un centro de Álex, Charles pudo desequilibrar definitivamente el choque. El brasileño remató de cabeza llegando al segundo palo, pero el balón dio en la cara de Joel y se fue a córner.
Perdonó ahí el Pontevedra, a falta de algo más de 20 minutos, y a partir de entonces redobló su plan de defensa y contraataque. Defendió sin problemas la renta, pero apenas pudo amenazar, más allá de alguna carrera de Álex González. No generó nada más y se acabó conformando con una igualada no del todo mala y trabajada, aunque poco brillante.
