Y la ciudad cantó otra vez gol

Santi Figueroa logró romper la racha de 56 meses sin que un futbolista nacido en Pontevedra marcase un gol con el equipo granate ▶"Ni apunté. Tiré con el corazón", reconoce el lateral
Santi Figueroa enseña el escudo del Pontevedra en Cerponzóns. GONZALO GARCÍA
photo_camera Santi Figueroa enseña el escudo del Pontevedra en Cerponzóns. GONZALO GARCÍA

56 meses después, Pontevedra cantó otra vez un gol suyo. Han tenido que pasar cuatro años y ocho meses para que un futbolista de la Boa Vila celebrase un tanto propio con la camiseta granate. El pasado sábado, Santi Figueroa (Pontevedra, 1999), protagonista inesperado, rompió la maldición lerezana y cogió el relevo de Tomás Abelleira y Fran Fandiño, los dos últimos anotadores de la ciudad, todavía en Tercera División.

Marín, Vigo, Redondela, Ponteareas, Cambados, Bueu o Vilagarcía de Arousa eran algunas de las localidades que habían parido a los últimos anotadores granates de la zona. Pero precisamente la capital de la provincia sufría una sequía que se vio cortada con la llegada al primer equipo del lateral, este verano, y ahora su tanto.

"Para mí es lo máximo marcar un gol con el equipo. Soy del Pontevedra desde pequeño. Llevo jugando aquí desde cadetes y me pone muy contento. Solo el estar aquí para mí ya es un regalo", apunta un Santi que todavía sigue asimilando la repercusión del gol ante el Celta B, que supuso el 1-1 y a la postre ayudó "para lograr una victoria muy necesaria y cambiar la dinámica".

Sobre el tanto, Figueroa reconoce que fue cuestión de intuición y una dosis de fortuna: "Fue una falta lateral que sacó Álex Fernández. Yo doblé por banda para sacar a un rival. Luego vi que el balón iba bien y me metí hacia dentro por si acaso había un rechace. Y me cayó y fue para adentro".

Santi Figueroa en Cerponzóns. GONZALO GARCÍA

Ese momento, el más especial que ha vivido como futbolista junto al debut con el primer equipo ante el Sporting B, llegó tras una serie de catástrofes. "Estaba sentado en el vestuario con el móvil, ya un poco desconectado, y de repente llegó Nacho y me dijeron que me cambiase. Tuve cinco minutos. Y luego dos para calentar y saltar al campo con la lesión de Pol", apunta. La situación era límite, pero el pontevedrés supo afrontarla: "Por suerte, no me cuesta mucho concentrarme mentalmente". Y con la cabeza ya en el partido, el físico fue cuestión de "unos minutos de adaptación".

De este modo, el pasado sábado, Santi dio un paso más en su carrera. Uno que nunca olvidará, ya que es un habitual de Pasarón desde pequeño: "Iba mucho porque mi familia es bastante futbolera. Mi primer gran recuerdo es un partido contra el Zaragoza, de Copa del Rey creo (temporada 2007-2008). El campo estaba lleno y había un ambientazo. Eso me quedó grabado".

En aquel momento el pequeño Santi todavía militaba en el Sagrado Corazón. Luego llegaría el Celta (desde alevines hasta cadetes), antes de fichar por el Pontevedra. Y por supuesto, se imaginaba en Pasarón, pero solo como un "sueño". "Sí que pensabas que alguna vez serías tú el que estaría en el campo, pero no creías que ese día podía llegar", finaliza.

Problemas. Las dolencias marcan el regreso al trabajo
Después del alegrón de Vigo y tras descansar el domingo, el Pontevedra regresó en la mañana del lunes al trabajo con un entrenamiento más suave que de costumbre y en el que varios de los futbolistas se ejercitaron al margen por sus dolencias físicas.

Al margen de un Jesús Berrocal cuyos problemas musculares le mantendrán apartado del equipo al menos una semana más, Nacho López, Pol Bueso y Adighibe trabajaron a menor ritmo en el día del lunes, ya que todos ellos sufrieron molestias musculares en Vigo.

Por un lado, Nacho López se retiró del calentamiento en Barreiro al notar una fuerte molestia en el aductor de su pierna izquierda, una zona que le ha venido dando problemas en las últimas semanas.

Mientras, Pol Bueso sufrió un percance en el mismo músculo durante el partido y se retiró por precaución. Por último, Adighibe notó un pequeño ‘pinchazo’ en el isquiotibial.

La mayor intensidad de los entrenamientos de la última semana y la ‘tensión’ de la situación son dos factores que ayudan a entender esta plaga puntual.

Quien volvió a entrenarse con el grupo fue Alberto Campillo, pero el central no competirá este fin de semana por precaución.

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