La clave del Algeciras-PCF: si no brillas arriba, hazlo abajo

El equipo de Antonio Fernández sumó tres puntos desde el orden defensivo, aunque gracias a encontrar la efectividad
Román y Ortiz tratan de robar el balón a un rival en el Algeciras - Pontevedra CF. ADG MEDIA
photo_camera Román y Ortiz tratan de robar el balón a un rival en el Algeciras - Pontevedra CF. ADG MEDIA

El Pontevedra CF no es un equipo con talento diferencial en sus líneas más ofensivas. Al menos no para esta categoría. Los nombres no juegan. Y esta opinión no es solo eso, sino que está fundamentada en los 17 partidos que hasta ahora ha jugado el equipo granate. El PCF tiene alguna cualidad positiva, claro. Pero no es un conjunto tremendamente amenazante porque apenas posee entre sus hombres capacidades para desequilibrar individualmente.

Eso lo sabe Antonio Fernández, aunque evidentemente no pueda proclamarlo a los cuatro vientos. Y por eso el técnico pontevedrés ha tratado desde el principio de dotar de solidez a su bloque. Porque sin orden defensivo, es imposible competir en una categoría en la que ya eres uno más en cuanto a talento ofensivo.

El Pontevedra  ha encajado 17 tantos en 17 partidos. Menos que 12 equipos de su grupo. La cifra es buenísima y gracias a ella, el equipo granate se sitúa al borde de la permanencia. Algo bien está haciendo el PCF a nivel defensivo. Y ante el Algeciras lo volvió a demostrar.

Porque si no brillas arriba, debes hacerlo abajo. El cuadro granate se medía a un conjunto muy ofensivo y atrevido, que apuesta por los ritmos altos pero también concede en ese correcalles. Y el cuerpo técnico del Pontevedra lo sabía. Lo sabía tan bien que planteó el partido para minimizar esos escenarios. Porque el PCF sí sale muchas veces en función del rival. Y a eso también se le llama lectura de partido

La diferencia de encuentros como el vivido en Valdebebas ante el Castilla es que el conjunto granate supo también cómo atacar. No se dedicó solo a defender. Y cuando debió tener balón, lo tuvo. El cuadro granate no tiene contraataque, pero sabe que si roba alto también puede hacer daño. Lo logró y ahí empezó a desencallar un partido ganado desde la defensa y que se metió en el bolsillo a base de efectividad.

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