La selección española de fútbol sala está a un partido de poder conseguir un sueño, una meta peleada partido a partido, entrenamiento tras entrenamiento. Si la final que disputan España y Portugal da la victoria a los de Venancio López, los jugadores de la plantilla saltarán y llorarán de alegría al verse convertidos en campeones de Europa. Y en medio de toda esa euforia estará Adrián Paz, un pontevedrés que ha peleado tanto por ese triunfo como los propios jugadores.
Adrián Paz es esa persona que está en la sombra, esa pieza imprescindible sin la cual no habría una meta posible. Este pontevedrés forma parte del cuerpo técnico de la selección y lleva alrededor de seis meses trabajando intensivamente con la selección masculina y femenina. Hace la función de ayudante del preparador físico y también es quien lleva a cabo las recuperaciones físicas de los jugadores. Y, además, es todo un estratega. Aunque pueda pasar desapercibido, Adrián tuvo mucho que ver con la victoria de España frente a Kazajistán que conquistó la selección española el pasado jueves y que le dio el pase a la final, pues, según asegura, la noche anterior se la pasó analizando al equipo rival hasta las seis de la mañana. Así, como encargado del ‘scouting’, su labor es fundamental y, la mayor parte de las veces, determinante para el equipo.
"Para la final hemos actuado con la misma dinámica de trabajo de siempre y analizando el rival como si se tratara de un partido más de la Eurocopa"
Y, por si no fuera poco, Adrián Paz también juega un gran papel con la selección femenina, ya que es el preparador físico del equipo y el preparador de las porteras. Pero, para él, esto no es trabajo. "Estoy viviendo un sueño", dice, aunque no cree que la realización de los sueños sea cuestión de un instante, sino que hay que perseguirlos día a día.
Fue por ello por lo que se licenció en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidade de Vigo y obtuvo varios títulos de máster en esta misma disciplina. Sin parar de formarse, emprendió un grado en Dirección y Gestión Pública y también inició sus estudios de doctorado. Pero su pasión por el deporte no salió de la nada sino que, como buen pontevedrés, el gusanillo deportivo le picó a raíz de la tradicional Festa HQR!, donde fue voluntario durante varios años, al igual que otros cientos de jóvenes pontevedreses y pontevedresas.
Adrián comenzó a perseguir su meta hace casi 15 años, cuando dio el pistoletazo de salida a su carrera deportiva, llevando el banquillo de la Escuela de Fútbol Sala en Pontevedra. A partir de ahí, su ascenso en este deporte ya no pararía. En la Escuela permaneció entre el 2003 y el 2005, haciendo una pausa poco después para dedicarse a su licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Al terminar la carrera, en el año 2010, se unió al equipo femenino Promociones Collazo de la división de plata, en el que ocupó el cargo de preparador físico. Esa misma temporada, Autos Lobelle le ofreció llevar la preparación de su equipo filial, un puesto que Adrián no dudó en aceptar, consiguiendo cada vez más y más experiencia, algo que le llevaría al lugar donde está.
Una vez terminada esa temporada, el pontevdrés recibió una propuesta de la Federación de Vietnam, que le ofreció un puesto en su ámbito de trabajo. Adrián desempeñó el cargo hasta el año 2012, dejando atrás grandes momentos de gloria, como la obtención de la medalla de plata en los Sea Games Asiáticos en Jakarta (Indonesia), en su año de debut. Durante esos años, el pontevedrés también se dedicó por un breve período a la docencia en la titulación de Preparación Física en Fútbol Sala, en el Centro Internacional de Formación Deportiva de Alto Rendimiento. Poco después, el Instituto Valenciano de la Salud (Invasa) le ofreció la posibilidad de impartir un seminario en el Máster de Experto Universitario en Readaptación Deportiva.
A pesar de todos sus logros y de toda su experiencia, es posible que, en la decisiva final de España, los nervios estén a flor de piel. Pero Adrián no lo demuesta en absoluto. "Actuamos con normalidad, como un partido más y con la misma dinámica de trabajo", asegura. Pero, en su cabeza, es casi seguro que no dejará de repetirse una frase suya: "A veces los sueños se cumplen".
