El Pontevedra se quedó a dos velas. Y gracias. Porque el conjunto granate no pudo sacar nada más que un empate a nada de la visita de la Balona a Pasarón. Después de una primera parte óptima, en la que el conjunto pontevedrés encontró, cuando pudo correr, varias situaciones de gol que no concretó, el PCF se apagó en el segundo acto. Sin ideas ni energía, equipo y público se contagiaron mutuamente una gélida sensación. Tanto que una igualada, vista la nula productividad del segundo tiempo, fue lo máximo a lo que pudo optar el cuadro locatario.
Y es que fue sorprendente cómo cambió la imagen del equipo del primer al segundo acto. Y eso que en un principio, tiró de personalidad el Linense para rebatirle el control del choque al Pontevedra. El equipo dirigido por Alberto Monteagudo llegaba en una situación compleja con solo dos puntos, pero sabe qué hacer con el balón. Y lo demostró en los instantes iniciales. Fue hasta que el cuadro granate ajustó su presión y empezó a ahogar la salida de la Balona, que no tenía capacidad para correr al espacio. Los ataques rivales morían en la línea divisoria y el PCF podía transitar. Y cada vez que lo hacía, encontraba petróleo.
🚨Final do partido en Pasarón
Pontevedra 0-0 Balompédica Linense
O @PontevedraCFSAD buscou máis o gol na primeira metade, pero a @RBL1912 aguantou o resultado inicial
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Siempre a la carrera, el conjunto lerezano empezó a encontrar la profundidad por bandas. Avisó Churre primero en un cabezazo de falta. Pero a partir de ahí, todo surgió por los carriles exteriores. Un robo de Román tras una gran presión de Bakero acabó con Bastos llegando desde atrás. Con posición de chut, el lateral prefirió centrar y regalarle el gol a Álex. Pero el capitán llegó forzado al segundo palo y no pudo embocar entre los tres palos un tanto cantado.
La ocasión a la postre más clara de la tarde espoleó al PCF. Rufo probó al meta desde fuera del área. Y el conjunto granate enganchó varias jugadas de ritmo que hacían presagiar que el 1-0 estaba muy cerca. Pero la Balona logró bajarle las pulsaciones al choque hasta que antes del descanso, el equipo granate dio un nuevo arreón con su hábil despliegue. Román cambió de orientación, Araújo ganó el balón dividido y cedió para Álex, que la colocó al primer palo, donde Muñoz se anticipó a Rufo para negarle la comida cuando ya se relamía.
La nada
No aprovechó sus momentos el Pontevedra en un primer tiempo más que correcto. Y lo pagó en el segundo, donde no encontró nada que llevarse a la boca. La Balona ajustó, le cedió la iniciativa a su rival y le imitó el plan: juega tú y yo a correr. Y le salió de fábula. Al menos en el apartado defensivo, porque el choque pasó de ser un encuentro con alguna tormenta eléctrica, a la calma más chicha.

De hecho, fue la Balona el único que de verdad inquietó en varias llegadas sin demasiado peligro. La más evidente no acabó en gol, pero porque Araújo apareció para despejar en boca de gol un centro generado tras una pérdida incomprensible de Calvillo en área propia.
La lesión de Araújo, que apunta a ser muscular y grave, terminó por apagar al Pontevedra a la par que a su gente. El equipo no fluía. Las imprecisiones eran constantes. Ni siquiera el juntar a Charles y Rufo arriba para jugar algo más directo logró reactivar al bloque de Antonio Fernández, que acabó echando de menos a Abelenda y a Borja y pisando tres cuartos rival más por empuje que por verdadero juego. Pero la casualidad no llegó y el cuadro pontevedrés se quedó a dos velas ante la Balona. El mal menor.
0.- Balompédica Linense: Varo; Loren, Borja López (Morante, min. 79), Jesús Muñoz, Mena; Delmonte (Masllorens, min. 46), Romero; Álex Guti (Alhassan Koroma, min. 68), Toni García (Fekir, min. 79), Joao Pedro (Connor Ruane, min. 85); y Gerard Oliva.
Árbitro: Ruiz Álvarez (Asturias). Amonestó con amarilla a Miguel Román, Churre, Yelko Pino por el Pontevedra, y a Delmonte, Álex Guti por el Linense.
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada del Grupo 1 de Primera Federación. Estadio Municipal de Pasarón, unos 2.500 espectadores.