'Cru', el de las bicis, directo al Mont Blanc: el gran desafío

Conocido por estar subido siempre a una bicicleta, el Cru gallego, Francisco Casal, ha pasado de ser un fanático competidor de trial y BMX a traspasar las circunstancias más extremas de este deporte a un entorno más tranquilo y envolvente, la montaña.

Del Campeonato del Mundo de BMX se ha ido directo al Mont Blanc. Reflexión y perseverancia, así se describe nuestro protagonista, una filosofía que le ha llevado a conseguir proponerse diferentes retos en modalidades muy distintas y, lo que es mejor, hasta ahora conseguirlos.

"Uno se inicia en un deporte porque en algún momento te llama la atención y te captura. Eso me pasó a mí con las bicis. Me lo propuse muy en serio. Desde muy pequeño estuve entregado a este deporte. Competí a un nivel importante y lo superpuse en una época de mi vida como lo prioritario, por encima de mis estudios, porque todo daba su fruto, todo iba bien. Participé en el Campeonato del Mundo de BMX de lo años 96, 97, 98, 99, 2001 y 2003 y logré buenos resultados, pero a veces las circunstancias cambian. Tú cambias".

Con la madurez y debido a las lesiones que siempre marcaron su carrera, necesitaba un cambio. "No me dejó de gustar, adoro andar en bici, pero ya no era el momento. El momento fue una coincidencia en la que por el año 2005, aquí en Pontevedra, estaba en auge el tema de los raids y necesitaban a alguien que controlara de bici para formar parte del equipo. Probé y a raíz de ahí viene esto. Me empecé a enganchar a deportes de alta montaña y mira como acabamos (risas)", explica.

A pesar de haber dejado la competición de BMX nunca se ha olvidado de su bicicleta, además de ser su recuerdo sigue siendo su recurso muchas veces. El complemento para preparar sus entrenamientos, para disfrutar por libre de la naturaleza sobre dos ruedas, aunque ahora lo que prevalece para 'Cru' es correr y caminar consigo mismo. "Estaba harto de lesionarme constantemente y el cuerpo a medida que cumples años ya no se recupera igual. Y eso se notó en la bajada a nivel de participación que di en las competiciones. Dejar las bicis a nivel competitivo me supuso tristeza, porque me sigue pareciendo el deporte más bonito que existe, muy peligroso sí, pero a la vez muy plástico. Tristeza por tener que dejar algo que no quería y además por otras razones. En mi última época ya no tenía patrocinadores, entonces ya era todo más complicado. Algo que me da mucha pena es que muchos amigos con los que antes tenía contacto los dejé atrás".

Reto

Esa tristeza ha sido apaciguada por haber encontrado en ese momento otra forma de poder seguir demostrando una filosofía tan clara, una filosofía de vida que además de la vida misma, para Francisco Casal, necesita ser puesta en práctica en el ámbito deportivo, pero como un reto personal. "La montaña, tiene algo que atrapa, es un deporte apaciguador. Encontré mucho en ella, me siento muy pleno con esta práctica y de alguna manera me ayudó a superar la tristeza de haber dejado las bicis. A mí me gusta mucho la naturaleza y con la montaña quizás tenga un contacto más cercano con ella".

Esta ocasión es especial porque es la prueba de las pruebas. La más importante, la más mediática del mundo, la que cualquiera que adore la montaña debe vivir una vez en la vida y a la que Francisco Casal, se enfrentará el próximo agosto, en concreto el día 30: la Ultra-Trail du Mont-Blanc.

"No es ni la competición más dura, ni la más larga, ni la más difícil, pero sí la más importante. La prueba a la que todo el mundo quiere ir como mínimo una vez en la vida, todo el mundo que se atreva, claro, porque impone por supuesto", reconoce este pontevedrés que tiene claro que en este tipo de carreras "ganar tiene que ver con tu reto. En el Mont Blanc el mío es acabar. La distancia y el desnivel no me asusta, pero sí el terreno, son muchas las circunstancias que no puedes prevenir".

En plena preparación para la gran cita tiene tiempo para expresar un futurible. "Sé que si acabo voy a llorar, eso seguro (risas), porque ahí las emociones son muy distintas, pasas por momentos de ira y rabia, por momentos de tristeza, de concentración extrema y llegar al final es una satisfacción absoluta".

Estar en la línea de salida ya es un éxito porque para participar hay que cumplir una serie de requisitos. El corredor tiene que sumar siete puntos en un máximo de tres pruebas de una lista confeccionada por la organización.

"En mí caso acredité el UTAC (88,5 km), que me dio tres puntos; el 'Tilenus Xtreme' en León de 105 km. Donde sumé otros tres y que fue la prueba clave para lanzarme al Mont Blanc por el buen resultado; y la travesía integral 'Aquilianos' en Ponferrada, de 67 km. que me otorgó dos".

Entrenamiento

Francisco Casal sigue con sus entrenamientos rutinarios y ahora en mayo ha comenzado a centrarse en el Mont Blanc como objetivo principal. "En cuanto a los ejercicios, son sencillos; carrera, cambios de ritmo, desniveles... y los fines de semana, aprovechamos para hacer tramos más largos en otros entornos. Ahora he comenzado con tiradas más largas, cerca de ocho horas y técnicas más específicas para preparar el Mont Blanc".

Está entusiasmado con este reto personal. Está seguro de que en cuanto el próximo agosto supere el Mont Blanc querrá más y buscará otros entornos, otro objetivo por el que luchar y ponerse a prueba. No duda en absoluto en recomendar este deporte a todos aquellos que quieran despejarse de alguna manera.

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