De mal en peor

PONTEVEDRA. Casi dos meses después de que comenzase la temporada de caza menor, los peores pronósticos se han cumplido. La campaña 2013-2014 está siendo muy negativa en toda Galicia, pero sobre todo en la provincia de Pontevedra, en la que las enfermedades, especialmente la neumonía hemorrágico-vírica, han diezmado las poblaciones de su especie estrella, el conejo de monte, haciendo que los amantes de la práctica cinegética se volviesen de vacío a sus casas en muchas jornadas.

Pero esto no es lo más preocupante, ya que a la hora de cazar influyen muchos factores e, incluso en épocas buenas, cualquiera puede tener días en los que no consigue ninguna captura; lo malo es que apenas hay conejos en los montes y, lo que es peor, en algunos tecores se siguen viendo ejemplares afectados por la enfermedad vírica, algo que no es normal a estas alturas del año.

El presidente de la Federación de Caza de Pontevedra, Francisco Couselo, explicó ayer que la enfermedad afectó de una forma «muy violenta» y ha condicionado mucho el desarrollo de la temporada, que finalizará el próximo 6 de enero (aunque, como es habitual, habrá una prórroga para las especies migratorias). Esto, unido a otros factores como los depredadores, los desbroces masivos y la mala gestión, ha dejado esta especie bajo mínimos.

Cierre

Un gran número de sociedades pontevedresas tuvieron reuniones en las últimas semanas para plantearse el adelanto del cierre de la campaña al no haber prácticamente conejos en sus montes. Aunque ninguna ha tomado todavía esta determinación, en varias se ha decidido que las jornadas de caza serán sin escopeta, solo con los perros.

Se trata de una medida proteccionista, pero necesaria, ya que es muy importante no diezmar aún más las poblaciones de conejo, que están bajo mínimos en toda la provincia, aunque es cierto que nunca llueve a gusto de todos y en algunas zonas no están notando tanto la escasez de esta especie, pero sí un importante descenso de sus poblaciones.

Los aficionados coinciden al señalar que es el propio conejo el que marca el cierre de la temporada, ya que si no hay ejemplares, los cazadores abandonan la práctica cinegética o se decantan por otras especies. El problema es que en Pontevedra, hasta ahora, lo que más se practicaba era la caza menor. Pero el mal momento del conejo y la presencia anecdótica de perdiz hacen que la proliferación de especies como el jabalí o el corzo esté favoreciendo la caza mayor, en auge en toda Galicia.

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