Del Mercantil al cielo

ESTE FIN DE SEMANA el Casino Mercantil volverá a ser el escenario de los golpeos de las mayores promesas del tenis mundial. Exactamente igual que hace 18 años, cuando la ferrolana Paula Hermida (Ferrol, 1977) asombró al mundo a sus 17 años. En los II Campeonatos Internacionales Femeninos, un torneo de la WTA y organizado por Fernando Rey Tapias, la ferrolana venció en una final para el recuerdo a la bielorrusa Olga Barabancschikova, a la que venció en un partido épico (6-1, 6-7 y 6-4) en una final para el recuerdo, tanto por el nivel de juego como por la intensidad que mostraron ambas jugadoras en la pista. Por segunda vez consecutiva -en 1994, también había ganado el torneo-, una joven Paula Hermida volvía a ser la mayor promesa joven del mundo. En enero de 1995 también se proclamó campeona de dobles precisamente con la bielorrusa a la que había vencido en la final individual.

Ese torneo supuso el despegue de una de las jugadoras más importantes del tenis gallego. Durante su carrera posterior, muy prolífica, se enfrentó a jugadoras del nivel de Martina Hingis o Anna Kournikova, a las que estuvo a punto de vencer. En los 90, su participación en las primeras rondas de los cuatro Grand Slam -Wimbledon, US Open, Abierto de Australia y Roland Garros- se convirtió en habitual. Incluso llegó a ocupar el octavo puesto de España y el 148 del ranking WTA.

Vagos recuerdos

Precisamente por su dilatada trayectoria, Paula -en el centro en la foto inferior-, apenas recuerda su participación en el torneo Pontevedrés: «Fue hace mucho tiempo, apenas recuerdo que le gané en la final a una bielorrusa, pero tampoco me acuerdo de su nombre...», señala la ferrolana.

Tras su retirada de las pistas, la ferrolana decidió dar el salto al pádel, donde continuó cosechando triunfos: ha sido campeona Absoluta de Madrid (años 2008, 2010, 2011, 2012, campeona de 10 torneos de 1ª categoría de la Federación Madrileña de Pádel, 2012.

Sin aquellos torneos ganados en el Mercantil de Pontevedra hace 18 años, tal vez su carrera hubiera sido diferente.

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