El día de la unión azul y blanca

Mientras en el Pabellón Municipal se estaba disputando el derbi del Lérez entre el Teucro y el Cisne ante la presencia de casi un millar de aficionados, varios protagonistas directamente relacionados con este duelo se encontraban viviendo un derbi paralelo en la unión de Javier Monteagudo y Ruth Ameijeiras, hijo de Monty y sobrina de José Ameijeiras respectivamente.

El destino a veces es cuanto menos irónico y, en esta ocasión, quiso que el encuentro más destacado del año para los dos equipos de balonmano de la ciudad coincidiese con el matrimonio de una pareja fuertemente vinculada al Teucro y al Cisne. Un hecho que obligó a Santi Picallo, Pablo Picallo y José Ameijeiras, entre otros, a no estar presentes en el derbi pontevedrés, pese a que el partido sí estuvo presente en la boda.

El pasado sábado contrajeron matrimonio Javi Monteagudo, hijo de Monty y un "hermano" para Pablo Picallo, tal y como define el presidente del Cisne Santi Picallo; y Ruth Ameijeiras sobrina del directivo teucrista, Jose Ameijeiras. Este hecho hizo que los protagonistas de esta historia no estuviesen en el derbi, una decisión que se tomó en base a una premisa clara: "Esperemos que Javi solo se case una vez y partidos hay muchos", explica el presidente cisneísta, que sufrió menos en la distancia de lo que lo haría en el pabellón.

"La verdad es que no tuve ni que encender mi móvil ya que al final los amigos de Javi son todo gente del balonmano: mi hijo, Casares, Fon Vidal y además también estábamos la vieja guardia y tenía siete u ocho móviles a mi alrededor y me llegaban las noticias cada tres minutos, de como íbamos, como transcurría, etc", afirma Santi Picallo que añade que no pudo sufrir porque estaba en una boda, pero que sin duda "que los novios fuesen el hijo de Monty y la sobrina de José es una de esas cosas con las que te sorprende la vida".

De la misma manera que el presidente tampoco pudo estar sobre la pista Pablo Picallo que recibió la dedicatoria de sus compañeros de equipo desde la distancia tras la victoria. "Tomé la decisión de ir a la boda hace dos semanas y la semana pasada se lo comuniqué a Jabato", afirma el extremo blanco que subraya que "la decisión fue en base a que estamos tres en plantilla y que es una boda muy importante para mí, no una boda cualquiera".

Además Pablo Picallo destaca que vio "la primera parte" y los primeros minutos de la segunda y "sí que estuve preguntando por el resultado, pero no dejé de disfrutar por ver el partido", algo similar a lo que hicieron todos los presentes que sin dejar de pasarlo bien, tenían puesto un ojo en lo que ocurría en el Municipal. Al extremo cisneísta le "fastidió" no poder estar con sus compañeros sobre la pista pero disfrutó del derbi paralelo con sus amigos y familiares.

Los hijos de José Ameijeiras fueron sus altavoces ya que "pese a que estábamos pendientes de la boda ya que al final es una sobrina muy cercana a mí, si que cuando llegó la hora del partido mis hijos se conectaron, lo estuvieron viendo y me iban contando", destaca el directivo teucrista que, entre risas, añadió que "a unos cuatro o cinco metros también estaban Santi Picallo, sus hijos y mucha gente del Cisne que también estaba pendiente".

Ameijeiras recuerda que "cuando vino Ruth a traerme la invitación", se fijó en la fecha y le dijo "ese día juega el Teucro-Cisne", pero le aseguró que estaría en la boda, que no faltaría ya que, además no está "yendo mucho al pabellón, suelo ver los partidos desde casa porque de esa manera sufro menos".

El Derbi del Lérez tuvo su versión paralela en la unión de dos familias fuertemente unidas al Teucro y el Cisne, esas casualidades que son cosa del destino.

La intrahistoria. El balonmano cobró protagonismo

Sin ser una boda "de balonmano", como dejó claro Pablo Picallo, si que el deporte que unía a una gran parte de los invitados fue protagonista de la boda, algo que era casi imposible de evitar teniendo en cuenta que Pontevedra es ciudad de balonmano.

José Ameijeiras explicaba este lunes que "había mucha gente del mundo del balonmano, entre ellos la familia Picallo, los Covelo etc", por lo que era complicado que ese tema de conversación no saliese a la luz. "Tanto antes como después del partido estuve hablando con Santi Picallo casi dos horas de balonmano", destaca el directivo teucrista que subraya que "le di la enhorabuena por la victoria en cuanto terminó el derbi".

Ambos directivos de los dos clubes de la ciudad están unidos por una gran amistad e incluso decidieron fotografiar su paso por la ceremonia donde se reencontraron muchos amigos. "Hace años jugué en el Cisne con algunos de los que estaban en la boda, con los que tengo gran relación y también con Santi con el que me une una gran amistad desde hace 30 años", sentenció Ameijeiras.