El Pontevedra se deshizo del lastre de la pretemporada con una victoria más cómoda de lo esperado ante el Coruxo: 2-0 para desterrar fantasmas. Sendas acciones individuales de Álvaro Bustos y Adighibe sirvieron de resolución para un encuentro todavía veraniego.
La falta de rodaje de ambas escuadras se plasmó en el ritmo y la precisión con el cuero. El Coruxo pecó de inocente y el once de Luismi aprovechó sus concesiones para sacar tajada.
Lo hizo pronto. A los siete minutos Álvaro Bustos encadenó una serie de movimientos virtuosos para hacerse de los dos zagueros del perfil izquierdo del cuadro verde. Bustos culminó la acción con un quiebro y posterior regate a Crespo hacia fuera que lo dejó solo ante Alberto. El exterior asturiano finalizó con la derecha, arriba, al palo corto, ante el intento del guardameta de achicar espacios. Y el primer tanto de la campaña subió al marcador.
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