0-3. El Pontevedra se da un festín a costa del segundo

El equipo firma su partido más redondo de la temporada
El Pontevedra arrasó en Avilés. ADG MEDIA
photo_camera El Pontevedra arrasó en Avilés. ADG MEDIA

Llegó a Avilés, donde tan solo la Segoviana había conseguido rascar. Y triunfó en el partido más redondo de la temporada. El Pontevedra vulgarizó al segundo clasificado, al que empata en la tabla, y se dio un festín de juego regado con tres goles que pudieron ser muchos más. Abelenda abrió el camino en el minuto tres y después de perdonar lo imperdonable, Charles y Yelko Pino otorgaron al equipo la tranquilidad en los minutos finales.

El cielo de Asturias había amanecido sonriendo al Pontevedra. Estaba claro que era uno de esos días en los que te levantas con el pie derecho. Después de sufrir en el sintético del Adarve y chocar contra un autobús la pasada semana contra el Navalcarnero, el PCF jugaba en un campo amplío y contra un rival de arriba. Peligroso, pero ambicioso. Y ese salir sin especular fue lo que condenó al Avilés. Porque la escuadra pontevedresa se plantó en el Suárez Puerta sin complejos. Quiso tener el balón y no le pesó la presión del rival. Es más, la buscó. Atrajo a su enemigo hacia el área de Cacharrón y encontró los espacios por el sector derecho. Rubio y Seoane firmaron una pared con la que el ourensán se quedó solo para centrar y encontró a Abelenda. El coruñés, con tiempo, controló y ajustó al palo largo. 0-1, minuto 3. 

Mejor inicio, imposible

El tanto no hizo cambiar los planes al PCF, que siguió con su presión adelantada como mecanismo para robar y correr a los espacios. Sin embargo, el duelo se tranquilizó. Las revoluciones bajaron y aunque el Pontevedra perdió llegada, siguió controlando las acometidas de un Avilés al que vulgarizó. Soto pudo marcar en un balón parado y Abelenda pidió penalti, antes del sprint final del primer acto, en el que los granates acumularon tres oportunidades pintiparadas más para acudir tranquilos al intermedio. Pero Álex picó el balón sin dirección ante De Luis, un disparo de Charles lamió el palo y Rubio no acertó a concretar un centro de Araújo con el portero en el suelo.

No mató el Pontevedra y lo que pudo llegar fue el 1-1. En la única ocasión local tras un pérdida de Araújo, el pecho de Cacharrón se interpuso entre Kilian y el gol. El equipo de Ángel Rodríguez jugaba como nunca, pero el resultado era demasiado corto al descanso.

No cambió la tendencia tras el paso por los vestuarios. El Avilés quería progresar con el balón, pero era el Pontevedra quien establecía una frontera invisible en la zona ancha y recuperaba para correr. Álex González chutó alto en una contra poco antes de que Yelko regalase el gol a Charles. En el mano a mano, el brasileño se topó con De Luis, que inició entonces su recital de paradas. Al minuto, le sacó una volea a Rubio. Y en torno al 69, despejó con apuros un chut de Yelko Pino. El vigués dominaba el partido a su antojo, pero fue su compañero en el centro del campo quien inició la secuencia del segundo tanto. Miguel Román birló una más de todas las carteras que se encargó de pescar en la mañana de Avilés y lanzó al hiperactivo Abelenda. El 8 llegó a línea de fondo, aguantó y sirvió el pase de la muerte a Charles que, esta vez, no falló. Era el minuto 73 y después de mucho llamar a la puerta, el Pontevedra conseguía entrar en el terreno de la tranquilidad.

A partir de ahí, el cuadro foráneo se hizo todavía más dueño y señor del esférico. No aprovechó Diz una de tantas contras malogradas, pero Yelko Pino se encargó de poner la rúbrica a falta de dos minutos. Charles vio el desmarque del mediocentro, que paró el tiempo, amagó al portero y a un defensa y colocó el 0-3 con la facilidad que solo tienen los elegidos. Fue la guinda del festín granate en Avilés.