1-1. ¡A Primera! El Pontevedra certifica matemáticamente su ascenso

El conjunto granate logró en Palencia quedar campeón gracias a un empate que ni falta le hubiese hecho ante la derrota del Adarve

Los jugadores del Pontevedra celebran el ascenso en Palencia. MARTA MORAS / ADG MEDIA
photo_camera Los jugadores del Pontevedra celebran el ascenso en Palencia. MARTA MORAS / ADG MEDIA

El trámite se superó. Y con solvencia. El Pontevedra abandona, ahora con todas las de la ley, la Segunda RFEF. El equipo pontevedrés logró en Palencia finalizar la temporada como campeón. Algo que ya se sabía, pero que no era matemático. Necesitaba puntuar el PCF o que el Adarve no le remontase los 15 goles del goalaverage. Y logró lo primero, al empatar ante un Palencia Cristo que también celebró que jugará el play-off al empatar y cosechar el punto que le colocaba en Alicante.

Había muchas dudas acerca de qué iba a ser el partido, con dos equipos a los que les valía el empate para conseguir sus objetivos, pero condicionantes. Porque, por un lado, el Palencia Cristo podía perder su cuarto puesto y acceder al play-off como quinto. Y, por otro, el Pontevedra sabía que ni una derrota 'normal' le iba a impedir ser campeón y tenía, por tanto, poco que perder.

Lo demostró desde bien pronto el conjunto pontevedrés, que saltó a La Balastera con una alineación muy competitiva y atrevido, aunque sin encontrar la portería de Guille García. Eso lo aprovechó el Palencia, algo más especulativo e intentando buscar la espalda de la defensa del conjunto entrenado por Ángel Rodríguez. Casi siempre por el sector izquierdo de la zaga del PCF encontró una vía para penetrar el Palencia, que pudo adelantarse bien pronto, pero Frodo controló un gran centro en vez de chutar y el esférico se le escapó ante Cortés. 

El choque estaba igualado. El Pontevedra no terminaba de encontrar la quinta marcha y únicamente a través del balón parado inquietaba a su rival. Fue Churre quien provocó que Guille García firmase una gran estirada para evitar el 0-1. A ese paradón respondió Cortés con otra gran intervención, tras una mala anticipación de Churre y una cobertura inexistente de Araújo que dejó el camino libre hacia el gol para el Palencia. Desvió el meta a córner, pero en el saque de esquina deshizo su milagro con un demérito, al desayunarse el centro a media altura y regalarle un gol o gol a Javi Bueno

Era el ecuador de la primera mitad y el encuentro se torcía. El PCF era campeón, pues el Adarve tan solo ganaba 1-0. Pero no quería certificar su ascenso con una derrota. Y pronto lo subsanó. Fue, de nuevo, gracias a la pizarra. Oier y Yelko trazaron un córner en corto para atraer la atención. Cuando lo consiguieron, el vigués cedió atrás para Rubio, que desde tres cuartos colocó un gran balón a la frontal del área pequeña, donde Romay llegando desde atrás se impuso por alto con poderío para empatar y colocar, de nuevo, unas tablas que valían a ambos. Y así pareció ser al menos hasta el intermedio, ya que más allá de alguna acción puntual, reinó el armisticio. 

Pero fue un espejismo. Porque el descanso reactivó al Pontevedra. Con Álex González generando una y otra vez superioridades por dentro alejado del 'pesado' Silva, el conjunto de la Boa Vila encontró el ritmo de juego y el camino hacia la meta contraria. La tuvo Charles tras una gran acción colectiva que culminó el brasileño con un control orientado a modo de sombrero para superar a su marcador, pero un remate en seminal lo que se le fue fuera. 

Metió el miedo en el cuerpo al Cristo el PCF, que sabía que estaba sobre el alambre ante las victorias del Coruxo y el Bergantiños. Un tanto del Pontevedra, que empezaba a dar entrada a Pacheco, Santi Figueroa, Samu Santos y Martín Diz, le dejaba fuera. Charles volvió a errar tras una gran transición en la que Calvillo acabó dándole un balón de gol, poco antes de que Pablo López entrase en el césped para debutar con el primer equipo del Pontevedra en liga y completase así una jovencísima defensa. Ni con esas encontró las oportunidades un Palencia Cristo tensísimo, que ya pensaba casi únicamente en guardar la ropa. Mientras, él Unión Adarve era remontado por el Llanera y el equipo del Lérez ya se sabía ascendido oficialmente y pensaba más en la fiesta posterior con su afición. Así, con ambos equipos dando por válido el empate y el Pontevedra festejando el ascenso a Primera RFEF junto a su gente desplazada ya en el añadido finalizó el último partido en el purgatorio.

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