2-1. El Pontevedra enseña su alma

El equipo granate derrota al Cartagena en la primera eliminatoria de la Copa del Rey con goles de Álex y Calvillo ►El conjunto pontevedrés fue superior en el primer tiempo a un adversario plagado de suplentes y sin intensidad
Los jugadores del Pontevedra celebran un gol. GONZALO GARCÍA
photo_camera Los jugadores del Pontevedra celebran un gol. GONZALO GARCÍA

Para ganar al Cartagena en la primera ronda de la Copa del Rey, el Pontevedra tuvo que desnudar su energía y entregar su alma. El alma no tiene apariencia física, pero se intuye. Todo el mundo tiene un alma. Eso lo saben desde Fausto y el Diablo hasta Milhouse van Houten y Bart Simpson. En un campo de fútbol, el alma gana partidos.

En el santuario de Pasarón, el alma siempre ha sido un bien de primera necesidad. En otros escenarios vence el talento, la elegancia, la belleza y todos esos valores modernos que en el costumbrismo del barrio de O Burgo tienen menor precio.

Así el Pontevedra abofeteó a un Cartagena que por momentos ofreció una impresión de desidia propia de los desalmados. Es posible que al cuadro mediterráneo no le fuese la vida en el torneo, teniendo en cuenta la importancia que dan a la permanencia en Segunda División, pero sus protagonistas, casi todos suplentes en Liga, tenían ante sí la obligación profesional de intentar convencer a su jefe de que no estaba en lo cierto. Lejos de lograrlo, hicieron méritos para vivir el resto de sus días a las órdenes de Borja calentando en la banda, sentados en el banquillo, desterrados en la grada o en el sillón de su casa.

El bloque aurinegro, este jueves embutido en una camiseta de dudoso gusto, empleó diez minutos de su existencia en mostrar sus galones. Pudo marcar en el minuto uno en un error defensivo granate en un córner. Hizo acopio de posesión y pases certeros en el centro del campo y dominó territorialmente y en posesión, pero sin más ocasiones que aquella del origen.

Y así, superado el minuto 12, el once granate se sacudió los miedos del adversario y empezó a coger temperatura, a estirarse, a robar y correr y a tener el cuero más tiempo y con más criterio.

Y la presión alta se hizo efectiva. Álvaro Cortés, bastante seguro toda la sesión, demostró ser un suplente de garantías, además de un pateador excepcional. Su aportación fue relevante en ataque, en busca de Rufo y Charles, que ofrecieron su mejor versión, liberando de presión a sus compañeros, manteniendo a la defensa enemiga ocupada, forzando faltas y tarjetas, asociándose, peleando y asistiendo.

1-0. A los 23 minutos Rufo cabalgó por la derecha con la complicidad de la tibia defensa enemiga y puso un centro envenenado que llegó al destino de Álex González en el segundo palo. González controló, encaró y finalizó a la red.

Rufo representa exactamente lo que un aficionado granate exige, más allá de algunos desagradables abusos dramatúrgicos: esfuerzo, solidaridad, inteligencia sin balón, dominio del juego aéreo en largo y del remate y, sin ser un virtuoso, habilidad suficiente para asociarse y regalar goles cuando él no los hace. En realidad, representa lo que cualquier conocedor del juego debería desear para su equipo.

El crecimiento del Pontevedra se materializó en el resultado y también en el juego. El Cartagena fue a por tabaco y no volvió hasta la segunda mitad. Y la organización defensiva local dejó paso al concierto de percusión, especialmente por la banda derecha, donde Charles o Rufo se juntaban con Santi Figueroa y Oier Calvillo para sacar de quicio a los que pasaban por allí.

Una volea de Álex González y un remate en escorzo de Imanol García que exigió un paradón de Bulka fueron el resultado del certamen ofrecido por Oier García.

El mejor aliado del Cartagena en el primer acto fue el descanso.

En el segundo tiempo Borja Jiménez se dejó de bromas y puso la artillería pesada sobre la cancha. Gallar, Elady y Rubén Castro, la Santísima Trinidad.

Pero el Pontevedra vivía con orden y desgaste, con un par de medio centros superlativos con y sin balón (me gustaría ver la estadística de pases finalizados del omnipresente Imanol García).

Pero los peligros visitantes ahora eran reales y fue necesario que el colegiado se equivocase anulando un gol a Rubén Castro para que el 1-0 persistiese.

Poco después, centro al área, control milimétrico de Charles y asistencia para Oier Calvillo, que puso la guinda a una actuación fantástica con el 2-0.

Otro gol anulado, un par de buenas apariciones de Cortés y una genialidad de Gallar para generar el 2-1 antecedieron la tensión final. No hay sesión que se precie sin suspense. Supo mejor así. De otra manera hasta habría parecido sencillo.

FICHA TÉCNICA:
2.- Pontevedra CF: Álvaro Cortés, Santi Figueroa, Víctor Vázquez, Pol Bueso, Eneko Zabaleta, Oier Calvillo, Borja Martínez, Imanol García, Álex González, Jorge Fdez., m 77, Charles Martín Diz, m. 87, Rufo, Xisco C., m. 69
1.- Cartagena: Bulka, Uri, Andújar, m. 76, Álex Martín, Rhyner, Forníes, Elady, m. 46, Delmás, Carrasquilla, Aguza, Cayarga, Nacho Gil, min. 68, Simón, Moreno, R. Castro, m. 46, Harper, Gallar, m. 46
Goles: 1-0. Minuto 23. Álex González; 2-0. Minuto 64. Oier Calvillo; 2-1. Minuto 81. Elady.
Árbitro: De la Fuente Ramos (Castilla y León). Amonestó con tarjeta amarilla a Imanol García del Pontevedra y a Aguza, Gallar, Elady, Nacho Gil y Rhyner (2, expulsado en el minuto 86), del Cartagena.
Incidencias: Partido correspondiente a la primera ronda de la Copa del Rey disputado en el campo Municipal de Pasarón ante 500 aficionados.

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