Emilio Dacosta, el 'dueño' de la regional

El pontevedrés volvió a ponerse las botas para "ayudar" al Figueirido y conseguir el ascenso a Segunda Autonómica, el único que le faltaba
Emilio Dacosta posa con camisetas del Figueirido, Marcón y Campo Lameiro. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Emilio Dacosta posa con camisetas del Figueirido, Marcón y Campo Lameiro. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Lograr el último ascenso que le quedaba en las categorías regionales y ayudar al equipo de sus amores eran motivos más que suficientes para, dos años después de colgar las botas, volver a calzárselas. Y eso hizo Emilio Dacosta (Pontevedra, 1992). El lateral derecho había dado el paso en el año 2018 de dejar el Marcón Atlético de Preferente y fichar por el Figueirido Club de Fútbol de Tercera Autonómica. La incompatibilidad con la Peluquería Xoaquín, el negocio familiar en el que trabaja desde los 20 años, era cada vez mayor. Y Dacosta dejó atrás la exigencia balompédica y se incorporó al club del que su pareja era presidenta. "Nos mantuvimos en Preferente con el Marcón y yo quise buscar algo diferente. Tuve otras ofertas, pero no me compensaban. Así que decidí seguir jugando, pero al lado de casa en un club más familiar. Como mi pareja también tenía que ir a reuniones o demás cuestiones, era más cómodo para los dos", explica Dacosta.

En su primer curso en el Figue, Emilio se quedó a las puertas del ascenso. Tras avanzar hasta la última ronda de los play-offs, el Faxilde superó al cuadro rojiblanco en la final. Tocaba seguir un curso más. Pero llegó la pandemia y cambió el ritmo de vida de toda la sociedad. El fútbol se detuvo y cuando regresó, este verano, Dacosta ya no estaba por la labor de volver. Así que, con una hija recién nacida y un trabajo en la peluquería que no es el más agradable para compaginar con la recuperación física que su cuerpo pide tras cada esfuerzo futbolístico, el defensor decidió dejar las botas colgadas y desoír los cantos de sirena.

Emilio Dacosta, en la peluquería, con la camiseta del Figueirido y las del Marcón y Campo Lameiro. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Emilio Dacosta, en la peluquería. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Así fue hasta que hace un par de meses, el Figueirido le mandó una nueva llamada de socorro. El conjunto pontevedrés se enfrentaba al play-off y necesitaba refuerzos. "Yo pensaba que debían ser los que habían conseguido clasificarse quienes disfrutasen del premio. Pero ellos me dijeron que tenían poca gente y que les podía echar una mano. Así que acepté. En realidad, claro que me picaba el volver. Cuando has jugado siempre al fútbol, no pierdes las ganas. Y además, ¿quién le dice que no a una fase de ascenso?", expresa Emilio.

De este modo, Dacosta regresó después de dos años parado. "En los dos primeros partidos me costó muchísimo", reconoce el defensor, que acabó adaptándose rápido y siendo el comodín del equipo. "Al final, acaba ayudando el hecho de haber jugado en categorías superiores, porque el ritmo y la calidad en Tercera Regional es menor", expresa.

La plantilla celebra el ascenso a Segunda Autonómica. FIGUEIRIDO CF
La plantilla celebra el ascenso a Segunda Autonómica. FIGUEIRIDO CF

Poco a poco, el Figueirido fue recolectando puntos hasta llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para ser campeón y ascender. El domingo, el equipo venció 7-0 al Villagarcía y logró el salto de categoría, el único que le faltaba a Dacosta tras subir a Primera Autonómica con el Campo Lameiro y a Preferente con el Marcón. Con este último, Emilio ya es el dueño de la regional.

Con humor. "Si a raíz de esto me llaman para Preferente, encantado"

Ahora que ya ha logrado completar el ciclo de ascensos, a Emilio Dacosta ya solo le quedaría el más difícil todavía: subir de Preferente a Tercera. "Oye, si a raíz de esta entrevista me llama un equipo para intentar ascender a Tercera División, yo encantado eh", comenta con humor Dacosta.

Una vez conseguido el ascenso que tenía pendiente, en la mente de Emilio está el volver a "plantar" el fútbol. Pero todo dependerá de cómo pueda compaginarlo con el negocio y la familia. "Ya me están rompiendo la cabeza para que siga", comenta entre risas.

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