El EP Ciudad de Pontevedra pasea el nombre de la ciudad por el mundo

Cuenta con 163 licencias y sigue en proceso de expansión, pese a las limitaciones de infraestructuras que padece
Foto de familia del EP Ciudad de Pontevedra. DAVID FREIRE
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EL ESCUELA DE Piragüismo Ciudad de Pontevedra se ha consolidado como uno de los grandes referentes de la élite deportiva de la comarca. No solo en el mundo del piragüismo, sino en el deporte global. La participación de Antía Jácome en los Juegos Olímpicos, su medalla en el Campeonato del Mundo y la proliferación de grandes talentos como su compañera Antía Otero, su hermano Martín, Carolina García, Pablo Crespo, las emergentes promesas Lucía Graña, Claudia Couto, David Bautista, María de la Peña o Jaime Duro y Jenifer Casal en maratón confirman el notable trabajo desarrollado por la entidad pontevedresa en los últimos tiempos.

Los resultados de élite son solo la punta de lanza de un club que abraza el alto rendimiento, con múltiples presencias en campeonatos internacionales, pero que tiene como objetivo el desarrollo del piragüismo, la implantación de la ética de trabajo y de los valores propios del deporte desde las edades más tempranas.

"Intentamos inculcar el compromiso, el respeto, el compañerismo, enseñar la importancia del esfuerzo. Un aprendizaje de valores que se pueden aplicar a la vida", explica el presidente de la entidad, Óscar Ponte, uno de los dirigentes de club más jóvenes de la comarca, con 23 años.

El EP Ciudad de Pontevedra está compuesto por 163 deportistas. El crecimiento de licencias en los últimos tiempos ha sido exponencial. Desde el centenar del pasado ejercicio, se ha llegado hasta la actual cifra. "Hemos aprovechado el tirón de los deportes al aire libre que se ha producido en los últimos años", motivado en gran medida por el Covid, las restricciones y los riesgos que implicaba en el deportes de equipo o deportes de sala.

La mitad de las licencias corresponden a deportistas de entre seis y 14 años

El club cuenta con cuatro técnicos, con Miki como director técnico y coordinador. Junto con él, Jenifer Casal, Cristina Expósito y María de la Peña ejercen un papel fundamental en la iniciación. Casal, además, trabaja con los equipos de Dragon Boat. El propio Óscar Ponte y José María Pazos colaboran con esas labores.

De las 163 licencias actuales, el 50 por ciento corresponden a deportistas de entre seis y 14 años. Ello quiere decir que el futuro está garantizado.

La tendencia de captación del club es alcista. Cada vez cuenta con más componentes. Día a día va creciendo. "Este año ha sido espectacular", reconoce Ponte, recordando la brillantez de logros como los de Antía Jácome y las medallas conseguidas en Mundiales y Europeos.

Ello sirvió como impulso para el club, que en los días siguientes a la final olímpica de Jácome experimentó un boom de llamadas.

El dragon boat, espectáculo en la oscuridad
Una de las modalidades que más ha ayudado a crecer al club ha sido la de Dragon Boat: una embarcación de 10 componentes, que generalmente entrena en horario nocturno, con luces y tambores, y que ha abierto la puerta al piragüismo lúdico en grupos de edad adultos, que buscan "despejarse", como explica el presidente de la entidad.

Hasta 40 deportistas del club están inscritos en esta divertida y espectacular modalidad con reminiscencias a embarcaciones de antiguas civilizaciones del Norte de Europa. Entre ellos, hay piragüistas de 20 años, pero también de edades más avanzadas que disfrutan de una forma diferente con el piragüismo.

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