La "dura lección" para Lucas Puime

El central pontevedrés jugará contra el PCF con el Guijuelo en "su peor temporada"
Lucas Puime, con el Guijuelo en Pasarón. GONZALO GARCÍA
photo_camera Lucas Puime, con el Guijuelo en Pasarón. GONZALO GARCÍA

"Ha sido mi primera experiencia lejos de casa y la verdad es que está siendo difícil. Por todo. Sin duda alguna, es mi peor temporada. Es una lección dura, pero me está sirviendo para enriquecerme". Quien habla con tanta claridad es Lucas Puime, central pontevedrés (Gondomar, 1993) que el próximo domingo será el ‘anfitrión’ del Pontevedra en el Municipal Luis Ramos, su nueva casa en una campaña que está siendo muy compleja para él. Porque a la tremenda "incertidumbre" y al "estrés" que genera el sistema de competición y la situación sociosanitaria se le han unido una serie de catastróficas desdichas que han empañado su primera aventura lejos de Galicia.

Tras su formación en el Gondomar, Puime fue fichado por los Montes para el Choco en su segundo año de sénior. En Santa Mariña actuó cinco años y de ahí viene esa fama de nacido en Redondela que no es tal. Entonces, cuando Jacobo Montes cogió el mando en el Coruxo, volvió a reclutarlo para O Vao. Puime vistió dos años de verde y entonces, decidió emprender nuevos retos y salir de su casa. En plena pandemia, apostó por el Sanse. Y le salió mal.

"Me arriesgué, pero todo acabó siendo muy raro. En principio, me habían fichado para ser importante. Pero tuve una lesión en el isquio y no me pude adaptar. Recaí dos veces y acabé cayendo a un segundo plano. En invierno me comunicaron que no contaban conmigo y me fui sin debutar", recuerda Puime, para quien las últimas Navidades fueron "muy complicadas". "Pasé de estar jugando a no tener ni un minuto. Nunca me había pasado. Y además, con esta situación por el covid, es que no sabía si quiera si iba a poder entrenar con algún equipo", explica.

Cuenta el defensor que las sombras se abalanzaron sobre él, pero fue una oportunidad única para "saber lo que hay fuera" y "aprender a valorarse". Entonces apareció la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), con la que pudo "seguir en activo" a través de una concentración en la que también estuvieron los exgranates Berrocal o Muñiz. "Te llena un poco el frasco de la ilusión", reconoce Lucas, al que se le "abrió el mercado".

Formar parte del equipo de futbolistas en paro le ayudó a volver a ver la luz

Si el ser reclutado por la asociación fue su primera luz al final del túnel para volver a sentirse futbolista, la llamada de sus padres deportivos fue la definitiva. O eso parecía. "Sí es cierto que a nivel futbolístico estoy muy vinculado con los Montes. Es que además de ser grandes profesionales son grandes personas. Ya me quisieron en verano y me volvieron a llamar para el Guijuelo. Y aunque la situación no era la más favorable, yo confiaba en que se podía salir adelante", expresa.

Así, Lucas llegó a tierras chacineras y debutó ante el Compostela. Justo en el partido en el que el equipo perdió una victoria ya hecha en los instantes finales, con un desgraciado gol en propia puerta: "Fue la última vuelta de tuerca. Cuando pasa eso dices: no sé qué más puede pasar". Lo que pasó fue que el resultado acabó con el crédito de los técnicos redondelanos, los grandes valedores de Puime.

Desde entonces, Lucas acumula 225 minutos más y una nueva lesión que se suma a los malos resultados del equipo. Pero él sabe que de todo esto solo puede salir más fuerte.

Comentarios