Problemas en el arbitraje

El arbitraje pontevedrés está en horas bajas. El balonmano, el baloncesto y el fútbol de Pontevedra y su entorno están pagando las carencias y dificultades por las que atraviesa uno de sus estamentos decisivos, el de los jueces del deporte.
Así lo explica el comité arbitral de la Delegación Arousana de Baloncesto y el de la Delegación Pontevedresa de Fútbol. Con todo, los problemas que afrontan unos y otros son bien diferentes.
En un caso se trata de insuficiencia arbitral; en el otro, de falta de compromiso con la actividad por parte de algunos afiliados de la institución.
Así, como recuerda Jesús Sanjorge Otero, presidente del Colegio de Árbitros de Pontevedra, no existen grandes carencias en cuanto a número de colegiados. En los últimos seis años, desde que él se ha hecho cargo de la institución, se ha pasado de 57 colegiados a aproximadamente 100. La cifra incluso llegó a ser de 110 en la temporada pasada (esta campaña es la primera de recesión en cuanto a licencias de las últimas seis).
El gran problema radica en la en la falta de compatibilidad con la ocupación laboral en algunos casos y en la falta de formalidad en la mayoría de las ocasiones. Así, existen casos ejemplares como el de los hermanos Illán (son dos árbitros de 14 y 12 años, respectivamente, que cumplen rigurosamente con su cometido) y otros que dejan mucho que desear. El extremo es que algunos colegiados dejan de dirigir sus partidos matinales del fin de semana sin ofrecer ninguna razón a los responsables directivos del órgano al que representan. Ello acaba acarreando un grave problema a los jóvenes futbolistas que comparecen en escena, generalmente acompañados por sus familiares.

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