"He perdido dinero por jugar"

El Club Cisne Balonmano pierde sus alas

Toño Lafuente ha defendido la portería del Cisne durante casi dos décadas, en las que ha vivido innumerables experiencias deportivas que le han hecho grande. Tras una última gran temporada, dice adiós al club que le vio crecer como jugador y persona
El portero del Cisne Toño Lafuente
photo_camera El portero del Cisne Toño Lafuente

HA SIDO el eterno capitán, el pilar básico sobre el que se ha sustentado el primer equipo del Club Cisne durante casi dos décadas, un gran portero y una persona de diez, que el pasado sábado dijo adiós a toda una vida deportiva en la que fue su segunda casa, el Pabellón del CGTD, donde el Cisne se ha hecho grande gracias, en parte, a jugadores de la valía de Toño Lafuente.

Han sido muchos los grandes de este deporte que han querido retirarse y han acabado volviendo por la adrenalina y las sensaciones que produce vivirlo desde dentro, como en el caso del mítico Rafa Dasilva, pero Toño descarta esta opción por completo. «No es una ‘retirada’ como la que tuvo Rafa en su día ni mucho menos», comenta entre risas, a lo que añade que «quiero dedicarle más tiempo a mi familia, a mi trabajo y a otras cosas. Va a ser mi primer mes de septiembre libre desde los 15 años y ya le decía a Montse (su mujer): ¡no sé qué vamos a hacer en septiembre!», destaca entre risas el carismático guardameta de balonmano.

Lafuente eligió el momento de la retirada sin meditarlo en exceso, pero sí siendo consciente de que lo hace «en un buen momento», tanto a nivel personal, puesto que ha cuajado una excelente temporada bajo palos, como colectivo, dejando al Cisne un año más en División de Honor Plata y rozando el play-off de ascenso a la categoría superior, ni más ni menos que a la Asobal.

El jugador asegura que «no me quería retirar cuando me rompí los ligamentos de la rodilla. Los que me conocen saben que soy muy constante, y al recuperarme de la lesión me encontré bien, así que quise seguir otro año más».

En lo que respecta a su última temporada en activo, Toño Lafuente hace un buen balance, ya que «cumplimos el objetivo de mantener la categoría relativamente pronto y jugando muy bien en casa», a lo que añade que «esperemos que no sea la mejor temporada  de  la  historia  del club, pero lo que sí tengo claro es que será muy difícil de igualar», explica.

AÑO COMPLICADO. Con respecto al intento fallido de entrar en el play-off de ascenso a la Liga Asobal, Toño Lafuente reconoce que le ha quedado esa espina clavada, ya que «en el mes de marzo, cuando nos jugábamos prácticamente todas nuestras opciones de luchar por el play-off, a mí me coincidió con un mes muy intenso en el trabajo. Hubo días en los que apenas comía para hacer más horas y poder ir a entrenar, y eso era demasiado», explica.

A pesar de la buena trayectoria del equipo esta temporada, Toño reconoce que no ha sido un camino de rosas para él. «Ha sido un año duro para mí, física y mentalmente. Llegaba del trabajo cansado, había días que ni podía ver a mi hija. Salía a las 7.30 de la mañana de casa y llegaba a las 23.30, después de entrenar, por lo que no fue nada fácil», recuerda el carismático exjugador de la plantilla cisneísta.

La figura de Toño en el club pontevedrés se resume en una frase, «para mí el balonmano es el Cisne», tal como destaca Toño sobre su sentimiento acerca de un club que le ha dado las mayores alegrías, y alguna tristeza, de toda su trayectoria deportiva.

«Sin duda el ascenso a División de Honor Plata fue el mejor momento que he vivido en el Cisne»

No duda al pensar en su mejor momento con el Club Cisne. «Sin duda la fase de ascenso a División de Honor Plata fue el momento más dulce. El hecho de ascender en nuestra pista y delante de nuestra afición y después de toda una vida aquí fue algo maravilloso», rememora el ya exjugador.

«Después de estar en categorías base, comencé en sénior en Territorial, pasando por la categoría de Segunda Nacional y más tarde a la Primera Nacional, donde estuvimos catorce años, por lo que subir a Plata fue algo increíble», prosigue el portero cisneísta.

«Esperemos que esta no sea la mejor temporada en la historia del club, pero será muy difícil de igualar»

Muchos recuerdos vienen a la mente de Lafuente al rememorar la fase de ascenso, un hito en la historia del club del que recalca que «no es nada fácil de conseguir, ya que todos los equipos que juegan la fase tienen siempre buenas plantillas, por lo que tiene mérito lo que hicimos en su momento».

ETERNO CAPITÁN. Toño Lafuente siempre ha sido un hombre de club, un hombre que ha ejercido de capitán muchos años, y como tal ha dejado miles de anécdotas con sus compañeros temporada tras  temporada  y  partido  tras partido.  No  dudó  en  invitar  a todo el equipo a su boda, dejando constancia de que, además de compañeros, todos y cada uno de los jugadores que han coincidido con él son amigos.

El pasado sábado, en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva, el público allí presente vio como una leyenda del Club Cisne decía adiós después de 19 años de leal servicio.

Entre lágrimas, Toño Lafuente se despidió devolviendo el aplauso a la afición presente en las gradas, consciente de que este adiós no es algo fijo. Detrás tiene una trayectoria como portero impecable, como la de los deportistas a la vieja usanza. Sangre fría y puro nervio cuando es necesario, el Club Cisne pierde un valuarte, pero gana, sin lugar  a dudas, un mito en el deporte del balonmano.

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