El ‘'gusanillo'’ de competir

Silvia Aguete ha vuelto a las canchas de fútbol sala en las filas del Moaña de liga Autonómica
Silvia Aguete (izq.) junto a sus excompañeras del Poio Pescamar en un duelo del año pasado
photo_camera Silvia Aguete (izq.) junto a sus excompañeras del Poio Pescamar en un duelo del año pasado

Silvia Aguete no ha aguantado mucho tiempo sin volver a vestirse de corto. Hace unos meses, cuando confirmaba su retirada del fútbol sala, decía que después de un tiempo le gustaría volver a vincularse al fútbol sala, "quizás a un nivel mucho más asequible", admitió. No ha pasado demasiado tiempo, porque el sábado pasado debutó con la camiseta del Moaña FS.

Silvia decía la semana pasada, tras conocer que iba a recibir el Premio Especial a la trayectoria de la Federación Galega de Fútbol Sala, que el gusanillo de la competición no se le iba a quitar nunca. Quizá es algo que le pasa a muchos deportistas; ese afán por jugar, por competir y ganar, nunca se va. Sin embargo, las botas nunca las guardó del todo, y volvió a saltar a la pista tras un verano de descanso.

La jugadora decidió dejar el fútbol sala o, más bien, la élite de este deporte, cuando estaba en el punto más alto de su carrera deportiva. De hecho, la meta tan solo tenía 27 años cuando tomó la decisión. Fue en mayo y nada la hizo echarse atrás. Quería dejarlo, estaba agotada de la exigencia del deporte de alta competición, de la carga de entrenamientos y, también, de los compromisos con la selección española, que implicaban muchos viajes y poco descanso.

La jugadora dedicó más de 20 años al deporte de su vida, pasó por equipos de renombre y se hizo un hueco en la historia del Leis y del Poio. En el primero consiguió que todos los clubes de España la quisieran en sus filas. Era una de las mejores porteras del país y jugaba en Segunda División. ¿Por qué no probar en Primera?

Así fue, el Poio Pescamar, nada más lograr el ascenso a la máxima categoría, apostó por la meta y, gracias a eso, empezó a contar para el seleccionador español, Venancio López, ya que a los dos meses de debutar en Primera, le llamó para la primera convocatoria nacional.

Ahí se cumplía uno de sus sueños, jugar con la camiseta de España en una competición oficial. Tras ello y conseguir la permanencia con el Poio, ya pocas cosas le quedaban por lograr. Una liga, quizás. Pero no era algo que le hiciera perder la razón. Así, en su segundo año en las filas del conjunto rojillo tomó la decisión de retirarse. Tuvo el apoyo de su familia, amigos y del propio club.

La noticia conmocionó a muchos y dejó sin palabras a numerosos aficionados. Nadie se esperaba que Silvia Aguete colgase las botas tan pronto. Se trata de una jugadora que lleva el fútbol sala dentro de sí, y ese deporte volvió a salir en ella. La meta hablaba de competir a nivel local o aficionado. De esta forma, eligió un equipo cercano, el Moaña FS, para jugar en Liga Autonómica Femenina. Ahí se verá con muchas excompañeras, como las del Cidade de Pontevedra, contra las que juega este sábado.

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