El Leis dice adiós a la División de Honor tras caer ante el Gestesa a falta de 31 segundos (0-1)

Adiós. Las despedidas siempre son dolorosas. Bien es cierto que fue bonito mientras duró y por momentos también se pudo soñar, aunque como dijo en su día Calderón de la Barca, los sueños, sueños son. Pensando en Plata.
El corazón del Leis Pontevedra dejó de latir ayer, cuando restaba medio minuto para la conclusión del duelo: locales y visitantes buscaban el tan anhelado tanto. Sin embargo, la fortuna sonrió al forastero, al Gestesa Guadalajara, que a falta de 31 segundos para el final apuntilló a los pontevedreses con un tanto de Uge, que ganó el espacio en el segundo palo para empujar a placer. Manos a la cabeza, patadas a las sillas y puñetazos a los cristales del banquillo local. Mucha rabia. Maldito fue el día. Triunfo visitante, justo por las ocasiones. Salvo hecatombre, los muchachos de Andreu Plaza competirán otro año más en la mejor liga del mundo.
El inicio de la contienda auguraba pocos goles. Demasiado respeto; ambos eran conscientes de lo que había en juego, aunque bien es cierto que el duelo era más dramático para Tomás de Dios que para su homólogo en el banco guadalajareño. El Gestesa aguardó al Leis en media cancha, con sus cuatro hombres muy juntos. El planteamiento hizo mucho daño a los lerezanos, que no dieron con la fórmula para llegar con facilidad al área de Emerson Salino.

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