El multifunción del Peixe

Horas y horas de dedicación en múltiples áreas. Ese es el día a día de Diego Gómez, el hombre polivalente del Marín. El ourensano regresó al club hace cuatro años y al margen de ser el segundo de Llorente, realiza el scouting, traduce y dirige equipos de base
Diego Gómez, en A Raña antes del entrenamiento del Peixe. DAVID FREIRE
photo_camera Diego Gómez, en A Raña antes del entrenamiento del Peixe. DAVID FREIRE

CUANDO LOS recursos no son acordes a la categoría y méritos deportivos de un club, solo queda redoblar esfuerzos para mantener el nivel e imitar a los gigantes. En medio de la fauna del baloncesto profesional se mueve el pequeño Peixe, una institución humilde que trata de sobrevivir con lo mínimo, gracias al esfuerzo de sus trabajadores. Uno de ellos es Diego Gómez (Ourense, 1989), el hombre "multifunción" del Peixe.

Segundo entrenador de Javi Llorente, se dedica también a las labores de scouting y edición de vídeo, así como a los entrenamientos específicos, la coordinación de los jugadores de base con el primer equipo y la dirección de los conjuntos júnior e infantil masculino del club. Y además, ejerce de enlace con los extranjeros del equipo a través de su papel de traductor de español a inglés y viceversa, junto a la gestión de cualquier trámite necesario y habitual dentro de la estructura de cualquier club. Un trabajo infinito que no tendría razón de ser de no existir algo más que un vínculo económico con la institución.

La Licenciatura de Publicidad fue el factor que comenzó a unir las vidas de Diego y el Marín allá por el 2007. El ourensano se trasladó a Pontevedra para cursar la carrera y aprovechando, fichó por un Peixe por aquel entonces en EBA. "Yo tenía 18 años y llegué al equipo. Allí estaba Javi Llorente como jugador. Comenzamos siendo compañeros, pero él se lesionó y solo pudimos jugar cuatro partidos juntos", recuerda Gómez.

Entonces, Llorente pasó a ejercer como ayudante de entrenador para aprender su nuevo oficio y el que era su igual, se convirtió en su superior. "Empezó a echar una mano y quizá porque había sido mi compañero, yo no lo veía como mi entrenador como tal", explica el ourensano, que compartió esa y dos temporadas más con el actual técnico del Peixe en aquella etapa. Luego Diego se fue para jugar en el Cambados, en "su" COB (con el que debutó en Plata) y en el Chantada, club en el que terminó su carrera: "Lo dejas porque ves ya no vas a progresar más. Me gustaba mucho jugar y entrenar siempre fue algo que me llamó".

Diego Gómez compartió pista con Javi Llorente cuatro partidos. Ocho años después, el leonés llamó para integrarlo en su 'staff'

Así, comenzó a dirigir a equipos de base en Ourense durante tres temporadas, hasta que en la temporada 2015-2016, coincidiendo con el ascenso del Peixe a Oro, Javi Llorente se acordó de él. «Él no me conocía como entrenador, pero sí que hablábamos mucho de baloncesto cuando coincidimos y te das cuenta de que ves muchas cosas de forma parecida, a la hora de analizar un partido por ejemplo», apunta el de la ciudad de As Burgas, que acabó aceptando la oferta y regresó al Peixe. «Llegaba para echar una mano. Germán Lozano era el preparador físico y Victor Holmberg el ayudante de Javi. Se trataba de que viviese y viese toda la dinámica de un primer equipo, siempre desde el punto de vista del entrenador», expresa.

En aquel momento, el actual segundo entrenador peixista no se ponía una meta sobre su segunda estancia en A Raña. Solo le movía la ilusión: "Conocía el club y sabía que iba a estar bien. Mi objetivo era continuar si la institución y Javi querían, pero no me ponía una fecha".

Y así, acumula ya cuatro años de nuevo en el Peixe. Los tres últimos, como asistente principal de Javi Llorente. Sin embargo, esta no es su única labor dentro de un club de personas que trabajan como hormigas. Solo así se entiende cómo una entidad tan humilde acumula tantos años coqueteando con la élite. "Éste es un sitio pequeño y apenas hay medios con respecto a nuestros rivales de categoría. Pero sabemos lo que tenemos y remamos todos en la misma dirección", destaca el ourensano, que también prepara todo lo referente al análisis de los rivales (ahora junto a Pedro, "un gran apoyo"), entrena dos equipos de la base, dirige entrenamientos específicos y actúa como traductor, un papel fundamental en los últimos años: "El inglés ya lo traía, no he tenido que gastar tiempo en clases. El francés lo tengo olvidado. En cuanto a la expresividad, sí que trato de ser fiel al mensaje de Javi. Hay que enfatizar como él para que no se pierda información".

Es el trabajo de horas, horas y horas día y noche de Diego Gómez, el hombre más polivalente del Peixe, aunque él no se quiera vender, como buen publicista. Se nota que todavía tiene pendientes asignaturas.

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